El Gobierno de Brasil ha decretado el estado de calamidad en 336 de los 496 municipios que componen el estado de Río Grande del Sur, como respuesta a las intensas lluvias que han azotado la región durante la última semana, alcanzando niveles históricos no vistos desde 1941.
Las inundaciones han afectado gravemente a ciudades importantes como Porto Alegre, donde el nivel del agua ha superado los cinco metros, así como Canoas y Caxias del Sur. La Defensa Civil de Río Grande del Sur informa que al menos 78 personas han perdido la vida, más de cien resultaron heridas y otras 105 permanecen desaparecidas. La Fuerza Aérea Brasileña ha desplegado drones de reconocimiento para asistir en la búsqueda y rescate de posibles víctimas.
En total, más de 844,000 personas se han visto afectadas en el estado, con alrededor de 134,300 personas que han perdido sus hogares debido a las inundaciones.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha prometido una respuesta rápida y efectiva a la crisis, asegurando que no habrá obstáculos burocráticos en las labores de recuperación. Lula, acompañado por varios ministros de su Gobierno y líderes legislativos, ha visitado la región afectada para supervisar las operaciones de socorro y anuncia medidas extraordinarias de auxilio financiero que serán votadas en el Congreso esta semana.
El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, ha expresado un compromiso total con la reconstrucción de Río Grande del Sur, instando a eliminar cualquier restricción legal o burocrática que pueda obstaculizar los esfuerzos de ayuda. La situación se ha caracterizado como una “guerra”, según Pacheco, y se han prometido todos los recursos necesarios para la recuperación de la región.
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