Reflexión sobre La Madre
El amor de madre es el más limpio, grande, profundo, franco, tierno y duradero. Quizás eterno.
Inicia desde la concepción, se nutre en el embarazo, se fortalece en los cuidados cariñosos de la infancia, es intenso y fraternal en la juventud y madura para ser pleno cuando los hijos se independizan. Luego se replica en los nietos.
En cada etapa, una caricia, abrazo, sonrisa, una mirada tierna y hasta un regaño fortalecen esa relación única y mutua. Tocan el cuerpo, dan masaje al corazón y se tatúan en el alma.
Duran para siempre.
Felicidades a quienes tienen la dicha de ser madres.
A seguir dando mucho amor a los hijos para convertirlos en adultos de bien para forjar una sociedad mejor.
Abrazo con gran afecto.
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