En la redacción hemos recibido múltiples denuncias por estafas
orquestadas en la ciudad de Monterrey, N.L. todas ellas efectuadas a
paisanos que viajan de la frontera a la capital de Nuevo León.
Con el debido sigilo y protegiendo la identidad de quienes nos han
confiado el modus operandi de estos estafadores, daremos cuenta de
tres hechos delictivos de los que no hay denuncia por tratarse de
ciudadanos que solo iban de paso.
Laredo, Texas, un ciudadano norteamericano de ascendencia
mexicana decide ir a visitar a su familia a Santa Catarina, Nuevo León,
lo hace iniciando su ruta por Nuevo Laredo, tramita sin inconveniente
su permiso temporal de internación a México.
Nuestro paisano transita por la carretera de cuota y cerca del
Aeropuerto Internacional del Norte, una camioneta le cierra el paso por
lo que tiene necesidad de frenar bruscamente, el vehículo de atrás lo
golpea levemente en su defensa posterior, ante el incidente ambos
vehículos se orillan y los conductores se bajan de los autos, nuestro
paisano viajaba con su esposa de la tercera edad mientras que del
otro auto son tres individuos corpulentos y mal encarados, quienes le
exigen 500 dólares para reparar su auto.
Nuestro paisano trata de convencerlos de llamar a la aseguradora,
pero uno de ellos le dice: “mira es mejor que pagues porque quien
sabe cómo vaya a terminar esto”!
Nuestro paisano pagó y siguió su camino, más adelante observó a la
camioneta pickup blanca estacionada en un Oxxo y dos individuos
recargados en ella, observándolo fijamente.
McAllen, Texas, La señora decidió visitar a sus padres que viven en
Monterrey, en compañía de su hija cruzó por el puente de Hidalgo y
tramitó su permiso de internación temporal, viajó por la carretera de
cuota hasta llegar a la caseta de General Bravo, ahí unas patrullas sin
logotipo pero con agentes identificándose con un gafete grande en el
pecho la hicieron detener, le pidieron sus documentos migratorios,
su permiso de importación temporal del vehículo y después de 15
minutos de indagatorias continuo su camino.
Ya en Guadalupe, Nuevo León, un auto negro le hizo la seña de que
se orillara, su nerviosismo fue mucho y en lugar de hacerlo en una
gasolinera lo hizo en una cuneta, descendieron del vehículo una mujer
y un hombre, le alegaron que en un cambio de carril ellas les habían
chocado, el tono agresivo del tipo hizo que la señora les diera 4 mil
pesos para arreglar el problema, pues no podían llamar a Transito ya
que los supuestos afectados no llevaban placas.
Brownsville, Texas, por una cita de trabajo el hombre tuvo que viajar a
Monterrey como regularmente lo hace, cruzó por el Puente
Internacional nuevo y como ya tenía un permiso de importación
temporal no se detuvo en la aduana, continuó por la carretera de cuota
hasta llegar a la última caseta en Nuevo León y pagar, metros más
adelante una camioneta pickup lo alcanzó y le hizo la seña de
detenerse, lo hizo justo detrás de la camioneta mientras un vehículo
compacto le cerraba el paso por detrás.
El del vehículo compacto le alegaba que al salir de la caseta lo había
golpeado, mostraba su auto dañado pero no encontraron en la
camioneta del pisano ningún rastro.
Mientras ellos discutían, la camioneta pickup se movió a las cercanías
de una tienda conveniencia desde donde vigilaban el altercado,
cuando el paisano se percató de ello, decidió llegar a un arreglo con
los del vehículo compacto el cual fue de cinco mil pesos.
Casos como estos de montajes de supuestos accidentes solo se
conocían de la Ciudad de México y de Guadalajara, al menos la
televisoras nacionales así lo han dado a conocer, ya que mediante la
cámaras de vigilancia se puede divulgar.
En estos casos, los incidentes han sido donde no hay cámaras, por lo
que las victimas deciden no presentar denuncia pues no tienen
evidencia, pero lo curioso del caso es que en los tres hechos
acontecidos en diferentes accesos a Monterrey no hay vigilancia
suficiente para evitar estos ilícitos.
“Viajar sola con mi hija adolescente me puso sumamente nerviosa” me
escribe la señora de McAllen.
“Mi mayor preocupación era mi esposa” me escribe el paisano de
Laredo.
“Cuando vi a los dos tipos mal encarados observándonos a lo lejos,
entendí que era mejor pagar y llegar a tiempo a mi junta” me escribe el
joven empresario de Brownsville.
Alguien debería de decirle al Gobernador de Nuevo León, Samuel
García, que en MONTERREY, CRECEN LAS ESTAFAS
Jorge Alberto Pérez González
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