Un día y otro también el mundo está preocupado por los constantes dislates de Donald Trump, en contra de México, Canadá y China, por el asunto del fentanilo, aparte de la guerra arancelaria que mantiene en contra de la Unión Europea y el país asiático, al que pretende establecer un “125% en las importaciones chinas”.
Actualmente existe una gran depresión económica y países poderosos como EU, Canadá, Francia, España, Italia, Alemania y Gran Bretaña, miran como sus gobiernos batallan, para cumplir con sus compromisos con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, amén de altos intereses que pagan los ciudadanos.
En el texto “conseguir la paz requiere más oportunidades de empleo”, refiere que “no puede ser indiferente a las demandas de trabajo, de millones de personas de países en conflicto”, dijo el director de la Organización Internacional del Trabajo, que “indica que la pobreza amenaza la prosperidad y urge crear empleos decentes”.
Guy Ryder que es el director de la Organización Internacional del Trabajo, se mostró pesimista respecto al bienestar inmediato del mundo, al asegurar que “más países sufren conflictos violentos que en cualquier otro momento en casi tres décadas” y el número de personas desplazadas por la violencia o guerras alcanza cifras récord.
La Asamblea General de Naciones Unidas de la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, sostiene que “la paz no es ausencia de conflictos, sino que requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en el que se promueva el diálogo y se resuelvan los conflictos con espíritu de entendimiento y cooperación mutua”.
Uno de los mayores fenómenos de la humanidad, es la migración, por ejemplo, en las carreteras de Baja California, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, caminan decenas de personas provenientes de Venezuela, Haití, El Salvador, Guatemala y Honduras con tasa de homicidios de 31.1 por cada 100 mil habitantes (2023).
El mayor desafío de esas familias migrantes es aterrizar en ciudades como Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa, en espera de entrevistarse con oficiales de EU y modificar el estatus legal o una amnistía por motivos humanitarios, porque en caso contrario, para ellos regresar a sus lugares de origen, es la muerte.
Hoy es muy común mirar en las principales avenidas de dichas urbes fronterizas, pequeños campamentos con hombres, mujeres y niños, en donde los mayores se emplean como cargadores, terrestres, a las féminas las ocupan en fondas de no muy buena reputación y los “menores solo causan la conmiseración de la gente”.
Ustedes creen que esos individuos desplazados pueden conciliar el sueño al llegar la noche, solo imagen los niveles de tensión, de estrés y depresión, dado que su futuro es “demasiado negro”, al estar expuestos a los grupos delictivos del Río Bravo, vaya en qué hora del día, encuentran la calma, la tranquilidad y la paz.
En estos momentos de desolación, esa gente que tiene tiempo de sobra, en virtud de que habitan los albergues de manera breve, deben cambiar su conversación y generar diálogos poderosos, que inviten a la reflexión, a vivir su catarsis existencial y aprender algún oficio como fontanería, con la esperanza de mejores expectativas.
Del término “Paz” expresa que es la “relación de armonía entre las personas, sin enfrentamientos ni conflictos” y parece que la moda, es generar enconos en el trabajo, escuelas, en calles, en fiestas y en las redes sociales, aparte de que existe una exposición tremenda de chismes, choques, accidentes, pleitos y muertes.
El fatalismo en su máxima expresión y las noticias negativas abundan en la psique del mexicano y analizando un poco, donde hay un accidente en el que arroja un difunto; los familiares del deudo, “algún encontrarán la calma, el sosiego y podrán perdonar, a quien les quitó un ser querido por azares del destino”.
Por último, les comparto dos frases relacionadas, “una es la paz no puede lograrse a través de la violencia, sólo puede lograrse mediante la comprensión” cuya cita es atribuida a Ralph Waldo Emerson y la otra “si quieres hacer la paz con tu enemigo, tienes que trabajar con él”, concluyó Nelson Mandela, ex-Presidente de Sudáfrica.
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