El cardenal Robert Prevost fue elegido este jueves como el nuevo líder de la Iglesia Católica y adoptará el nombre de León XIV. Con ello, se convierte en el primer pontífice de origen estadounidense, quien además cuenta con la nacionalidad peruana. Pero ¿por qué el nuevo Papa solicitó la nacionalidad peruana?
“Que la paz sea con vosotros”, dijo el papa León XIV desde el balcón de la Basílica de San Pedro en sus primeras palabras públicas, en un discurso de varios minutos en el que también saludó a “mi querida Diócesis de Chiclayo en Perú”.
La elección de Robert Prevost como sucesor de Francisco se dio en el segundo día del cónclave, en medio de un clima de renovación institucional.
Nacido en Chicago, Illinois, en 1955, Robert Francis Prevost desarrolló gran parte de su vida religiosa y de servicio en el norte del Perú, una experiencia que marcó su perfil como pastor cercano a las comunidades locales y conocedor profundo de la realidad eclesial latinoamericana.
“Si me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”, señaló en un perfecto español ante la sorpresa de los miles de fieles presentes en el Vaticano.
¿Qué une al Papa León XIV con Perú?
La relación de Prevost con Perú comenzó en la década de 1980, cuando fue destinado por la Orden de San Agustín a servir en la prelatura de Chulucanas, ubicada en la región Piura.
Durante los años 1985 y 1986, se desempeñó como vicepárroco de la Catedral Sagrada Familia y luego como canciller de la diócesis, funciones que le permitieron conocer de primera mano las necesidades pastorales, sociales y espirituales de las comunidades rurales de la región.
Prevost ya había completado sus estudios en Estados Unidos, donde se graduó como licenciado en Filosofía y Matemáticas por la Universidad de Villanova, además de obtener un Master en Teología con mención en Misión Intercultural por la Catholic Theological Union de Chicago. Más adelante, en 1987, alcanzó el grado de Doctor en Teología con una tesis sobre el rol del prior local en la Orden de San Agustín.
Tras su experiencia inicial en Chulucanas, fue enviado a Trujillo, donde entre 1988 y 1998 lideró proyectos de formación religiosa para los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac.
En total, vivió más de 12 años en el país andino, periodo en el cual se convirtió en una figura clave para la formación de aspirantes agustinos y en un gestor de recursos para sostener la labor misional.
¿Por qué el papa León XIV se nacionalizó peruano?
Pese a su larga estancia en Perú, Prevost no había tramitado la nacionalización peruana durante su primera etapa en el país. Contaba con residencia permanente, pero al ser elegido en 1999 como Prior Provincial de su orden en Chicago, y luego Prior General a nivel mundial, su carrera tomó un rumbo internacional.
Sin embargo, su regreso a Perú se produjo en 2014, cuando el Papa Francisco lo nombró Administrador Apostólico de la Diócesis de Chiclayo, en la costa norte del país.
En ese momento, surgió un requisito clave: para convertirse en obispo titular de la diócesis, debía tener la nacionalidad peruana. A diferencia del cargo de administrador, el de obispo implica un vínculo más profundo con la Iglesia local, tanto en términos legales como pastorales.
Fue así como Prevost decidió prepararse para los exámenes de naturalización y cumplió con todos los trámites exigidos por el Estado peruano.
En agosto de 2015, recibió oficialmente la ciudadanía peruana por decisión del entonces presidente de la República. Un mes después, el 26 de septiembre de 2015, fue nombrado obispo titular de Chiclayo por el Papa Francisco.
La doble ciudadanía de León XVI, estadounidense de nacimiento y peruano por vocación pastoral, es un hecho sin precedentes en la historia reciente del Vaticano.
Si bien su antecesor, el Papa Francisco, fue el primer pontífice latinoamericano, el nuevo Papa encarna una conexión distinta pero profunda con América Latina, moldeada a través de su servicio en zonas rurales, su conocimiento del clero local y su trabajo en formación religiosa en el continente.
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