Donald Trump no esconde su entusiasmo por los aranceles, presentándolos como una herramienta para llenar las arcas de Estados Unidos, castigar a países que, según él, se aprovechan del comercio y presionar a otros para que cedan a sus demandas. Sin embargo, su afirmación de que los aranceles están generando $2 mil millones al día ha levantado cejas, y un vistazo a los números revela que la realidad está lejos de sus declaraciones.
Una promesa que no cuadra
El 8 de abril, durante la Cena del Comité Nacional Republicano del Congreso, Trump aseguró: “Estamos haciendo una fortuna con los aranceles. $2 mil millones al día. ¿Pueden creerlo? Me dijeron $2 mil millones al día”. Pero los datos cuentan otra historia. En febrero, el primer mes con sus nuevos aranceles, Estados Unidos recaudó $7,247 millones en derechos de aduana, equivalente a $258.82 millones por día. En marzo, la cifra subió ligeramente a $8,168 millones, o $263.48 millones diarios.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reportó el 8 de abril que, gracias a 13 acciones arancelarias de Trump, se estaban recaudando “más de $200 millones en ingresos adicionales asociados” cada día. Hasta abril, el promedio diario del año fiscal 2025 (que comenzó el 1 de octubre de 2024 bajo la administración Biden) era de $283.91 millones, según el Departamento del Tesoro. En lo que va de abril, la cifra cae a $180.94 millones por día.
¿De dónde sale la cifra de Trump?
Economistas consultados coinciden en que los $2 mil millones diarios que Trump proclama son una proyección optimista basada en el valor de las importaciones de 2024 ($3.3 billones), multiplicado por una tasa arancelaria promedio del 20% anunciada el 2 de abril. Esto daría unos $1,800 millones por día, aún por debajo de la cifra de Trump. Pero hay un problema: este cálculo ignora los cambios en el comportamiento del mercado.
“Es casi seguro que estamos recaudando menos que eso”, afirmó Robert Johnson, profesor de economía en la Universidad de Notre Dame. Felix Tintelnot, de la Universidad de Duke, añadió: “Ese es el escenario más optimista, porque eso no sucederá”. Los aranceles elevan los precios, lo que puede reducir las importaciones o disuadir a los consumidores de comprar ciertos productos. “No se puede hacer un cálculo de los ingresos esperados por aranceles basándose en los flujos comerciales pasados y luego multiplicar eso por un arancel aplicado actualmente y esperar que el flujo comercial pasado se mantenga igual”, explicó Tintelnot.
Los aranceles: ¿quién paga realmente?
Un punto clave que Trump omite es que los aranceles los pagan las empresas estadounidenses que importan bienes, no los gobiernos extranjeros. Estas compañías suelen trasladar los costos a los consumidores, lo que resulta en precios más altos. Aunque los aranceles pueden afectar a los exportadores extranjeros al encarecer sus productos en el mercado estadounidense, el impacto principal recae en los bolsillos de los americanos.
Un vaivén de políticas comerciales
El 2 de abril, Trump anunció aranceles generalizados contra casi todos los socios comerciales, incluyendo aliados como Canadá y México. Pero tras un desplome en el mercado de valores, revirtió la mayoría de estas medidas el 9 de abril, manteniendo solo los gravámenes a China (que subieron al 145%). Este cambio de rumbo refleja la volatilidad de su estrategia comercial, que ha generado incertidumbre en los mercados y críticas de economistas.
Una narrativa bajo escrutinio
La afirmación de Trump de que los aranceles generan $2 mil millones diarios no solo es exagerada, sino que ignora las dinámicas económicas reales. Con recaudaciones reales muy por debajo de lo prometido y un impacto directo en los consumidores estadounidenses, su estrategia comercial enfrenta cuestionamientos. Mientras Trump sigue defendiendo los aranceles como una victoria económica, los números y los expertos sugieren que el panorama es mucho más complicado. ¿Podrá su administración ajustar el rumbo para cumplir sus promesas? Por ahora, las cifras hablan por sí solas.
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