Practicar deporte mejora la salud física y mental, pero también implica riesgos que muchas veces se subestiman. Esguinces, desgarros musculares, tendinitis y fracturas son algunas de las lesiones más frecuentes en personas activas, desde amateurs hasta atletas profesionales. La buena noticia es que muchas de estas lesiones pueden prevenirse con cambios simples en la forma de entrenar, calentar y descansar, según explica el Dr.. Christopher Manrique Ávila, uno de los más destacados traumatólogos en Monterrey.
La prevención empieza antes de moverse
Una de las principales causas de lesión en el deporte es la falta de calentamiento adecuado. Un cuerpo frío es menos flexible y más propenso a sufrir desgarros. Dedicar entre 5 y 10 minutos a movimientos articulares, trote suave o ejercicios funcionales puede reducir significativamente el riesgo. También lo es trabajar la propiocepción —la conciencia del cuerpo en el espacio—, especialmente en deportes con alta demanda articular, como el fútbol, el vóley o el trail running.
Otra clave es respetar los tiempos de descanso. El sobreentrenamiento no solo afecta el rendimiento: aumenta la posibilidad de lesiones por fatiga muscular, como las fracturas por estrés. La progresión de la carga, tanto en peso como en volumen, debe ser gradual. No hay atajos: el cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Ignorar estos principios también puede acelerar procesos de desgaste de rodilla, especialmente en actividades de alto impacto como correr o saltar. Otra de las prevenciones para el desgaste de rodilla son el utilizar calzado adecuado, mantener un peso saludable, evitar movimientos bruscos.
¿Y si ya te lesionaste? No siempre es RICE
El protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) es útil en lesiones agudas como esguinces leves, pero no siempre es suficiente ni apropiado. En casos de dolor persistente, inflamación intensa o pérdida de movilidad,te aconsejamos consultarr con el Dr. Christopher Manrique Ávila.. Cabe destacar que el diagnóstico por imágenes (como la ecografía o la resonancia) puede ser clave para determinar el tratamiento correcto y evitar una cronificación.
La rehabilitación es parte del juego
Muchas personas abandonan la rehabilitación ni bien disminuye el dolor, lo que eleva el riesgo de recaídas. La fisioterapia adecuada fortalece los tejidos afectados y reeduca al cuerpo para moverse de manera segura. Además, existen herramientas como la terapia manual, el entrenamiento neuromuscular o incluso el uso de tecnología como la realidad virtual en clínicas especializadas.
En resumen, moverse es saludable, pero hacerlo bien es la clave. Escuchar al cuerpo, respetar sus tiempos y acompañar el esfuerzo con prevención y seguimiento profesional puede marcar la diferencia entre una vida activa y una plagada de pausas forzadas.
Discussion about this post