Al final lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años. Abraham Lincoln
Estamos acostumbrados a medir el tiempo. Por ejemplo: Un nacimiento es el inicio de una nueva vida.
Transcurren los minutos, horas, días, semanas, meses, años y se va acumulando no solo tiempo sino conocimientos y experiencias y en un santiamén pasamos de niños a jóvenes posteriormente adultos y finalmente adultos mayores.
Y en el transcurso de nuestra existencia te has preguntado: ¿Qué he aprendido?
En días pasados escuche una entrevista de un Ex Rector de una de las Universidades de más prestigio académico en el país quién se quejaba de que hoy en día los jóvenes buscan estudiar carreras que tienen demanda por parte de los empresarios. Y que de alguna manera las Universidades se han convertido en proveedores solamente con un aprendizaje específico y limitado y en corto tiempo.
De esta forma se está produciendo “mano de obra” barata lo que a la larga es contraproducente para estos jóvenes pues el mercado laboral es cambiante. ¿Quién nos asegura que va a tener el mismo ritmo?
El entrevistado concluyó que está realmente preocupado por esta situación pues carreras que antaño eran muy solicitadas como Derecho, Filosofía, Historia, Sociología, Trabajo Social hoy están en desuso.
Todo esto implica una sociedad de consumo en lo que generalmente nos enfocamos en lo que nos falta y no en lo que se tiene.
El lema: “Rápido y bien” se puede decir que lo aplicamos en nuestra forma de vida. Conste, no digo que está mal, lo que comento es que hay muchas áreas en nuestra vida que requieren más que este principio.
Si nos ponemos a analizar este tipo de vida el costo es muy alto, situación que a veces deriva en desgaste emocional, estrés, enfermedades, deudas económicas etc.
Volviendo al inicio de este comentario quiero destacar querido lector que hay que centrarnos en lo valioso que es el vivir el momento presente.
¿Vivo por vivir?
Como dice una canción, vivo por vivir. Estamos en plena primavera y toda la naturaleza nos grita vida. Los árboles, las plantas, flores por doquier, pájaros por todos lados regalándonos sus trinos.
La primavera es el despertar de un nuevo ciclo en el que es recomendable incluirnos.
Les hago una invitación a que salgan a ver el cielo, a un parque o al campo con la convicción de integrarse al entorno que vuelvo a repetir: Nos grita: Estoy vivo!!!!!. Respira profundo, camina observando el entorno, descubrirás muchas maravillas.
Es una gran experiencia que te hará vibrar y disfrutar plenamente de este gran regalo que llamamos VIDA.
Aprovecha cada día como si no hubiera un mañana.
PAZ y BIEN
Gloria Barraza
Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Tamaulipas
Estudios de Desarrollo Humano y Organizacional en la Universidad de San Diego, California.
EXPOSICIÒN DE MOTIVOS DE ESTA COLUMNA:
Hace tiempo recibí la invitación para escribir en este periódico, me encantó la idea, pues ya colaboré en la Sección de Sociales del periódico “El Mercurio” de Ciudad Vitoria hace algunos años.
Es un trabajo apasionante pues te permite comunicarte con un gran público externando tus visiones y comentarios del diario vivir.
Eso es de lo que pretendo platicar contigo apreciado lector. Ver con mis ojos y comentarios todo lo que sucede a nuestro alrededor y que muchas veces no apreciamos.
Espero que esta columna despierte tu interés por valorar nuestra jornada del día a día.
PAZ Y BIEN
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