El Día de la Niña y el Niño en México parecía empañarse como consecuencia de las positivas y acertadas medidas que ha tomado el Gobierno de la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, para evitar el consumo de alimentos no saludables en las escuelas del nivel básico que dependen de la Secretaría de Educación.
Al final de cuentas, las referidas medidas que entraron en vigor a partir de marzo pasado, terminaron por no arruinar la celebración del 30 de abril, dedicado a reconocer y promover los derechos de los niños y recordar la importancia de garantizarles una infancia plena y feliz.
Que quiere decir esto descrito líneas arriba, muy sencillo, que en los festejos que se lleven a cabo en las instituciones educativas, si podrán darse dulces o algún alimento no saludable a niñas y niños, porque es su día y, la realidad es que, los profesores hicieron grandes esfuerzos que incluyen desde la planeación meses a tras de los juegos y regalos para los infantes, mismos que, por su facilidad y economía casi todos se relacionan con productos que contienen azúcares.
Pero, al margen de la diversión el mensaje que el Día de la Niña y del Niño entraña, está más dirigido a los adultos, porque, desde una fecha como hoy, pero, de 1924 cuando el Presidente Álvaro Obregón y el Ministro de Educación Don José Vasconcelos, establecieron la conmemoración fue para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de proteger y cuidar a los más pequeños, por ser el grupo vulnerable.
Después en 1959 la Organización de las Naciones Unidas, declaró el 20 de noviembre como el Día Universal del Niño.
Si tratara de verse el Día del Niño como una oportunidad social a favor de los infantes, habría que pensar entonces en propósitos, entre los cuales destacan, promover sus derechos, en resolverles cualquier estado de vulnerabilidad, fomentar su desarrollo y felicidad integral ya que, con ello podrán forjarse generaciones más sólidas en cualquier nación del Mundo.
En México como en muchas naciones, los niños de cero a 12 años de edad enfrentan dificultades que afectan su bienestar y desarrollo, pobreza, si se toma en cuenta que más de la mitad de las niñas y niños viven en esa condición y, por tanto, tienen limitaciones para atender sus necesidades básicas como alimentación, vivienda y educación.
También tienen que lidiar con la violencia doméstica, abuso y explotación porque seis de cada 10 niños enfrentan episodios de cualquiera de esas acciones, asimismo, desnutrición y obesidad porque en el país hay esa cara doble, unos tienen la primera y los otros padecen la segunda.
Y algo más, la falta de servicios de cuidado, es decir, la ausencia de un sistema de cuidado adecuado afecta a las familias en especial a las madres que no pueden acceder a servicios que les permita trabajar y cuidar a sus hijos al mismo tiempo.
Al margen de todo aquello no bueno que pueda existir en la población infantil, el 30 de abril es su día, por ello, jóvenes y adultos deben de hacer felices a los niños, en el entendido de que no se requiere mucho para ello, una sonrisa, el abrazo, una comida sencilla en familia y hacerles ver que hay respeto por su edad y por su persona, ya que, como siempre dicen los adultos, los niños con la esperanza del futuro.
Por tanto, que viven los niños este 30 de abril y que su festejo en las escuelas y en la familia los haga sentir felices y pensar siempre que existen instituciones icónicas como el Sistema Para el Desarrollo Integral de la Familia que en Tamaulipas tiene a su cargo la Doctora María de Villarreal, que se dedican todos los días a velar por la integridad y desde luego felicidad de los niños.
El DIF es sinónimo de atención a la niñez, porque tiene programas especiales para su protección en cuanto a sus necesidades y han ampliado sus actividades con el respaldo de la Administración estatal, en este caso la del Doctor Américo Villarreal Anaya, para que, si el niño para estar bien requiere que su familia también el DIF cuenta con estrategias a favor de la familia, por eso se hacen bien las cosas.
Los otros
El Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, médico Dámaso Anaya Alvarado, su esposa, la presidenta de Familia UAT y el secretario General del Sindicato Único de Trabajadores de la institución José Luis Castañón Ramos, presidieron una trascendental ceremonia en la que entregaron reconocimientos a 31 trabajadores sindicalizados que se jubilaron por concluir tiempo de trabajo conforme establece la normatividad.
El Teatro de la UAT fue el punto de encuentro entre autoridades educativas y sindicales y que, por vez primera ese espacio de solemnidad institucional albergó un evento como el reconocimiento a quienes se jubilaron, allí el líder de los universitarios dijo que cada uno aportó su capacidad y entrega para el crecimiento de la UAT, por ello más allá de un reconocimiento plasmado en un documento, se les entregó el respeto de la Universidad más grande de Tamaulipas.
Existen más de 500 trabajadores jubilados del Sindicato Único de Trabajadores de la UAT, SUTUAT, a los cuales se suman los 31 homenajeados esta semana.
José Luis Castañón Ramos, dirigente del Sindicato mostró su agradecimiento a la administración rectoral por apoyar el bienestar de los trabajadores universitarios y reconocer el quehacer de todos los empleados que laboran día a día por el bien de la UAT.
En este esquema de buenas relaciones entre las dos instancias de la Universidad pública de la entidad, es que se dará dentro unos días más el acuerdo sobre aumento salarial con retroactividad será anunciado entre ambos.
Está en revisión el tabulador salarial, porque son varios los grupos de beneficiarios con el contrato colectivo de trabajo y se espera que haya una solución satisfactoria, incluso, hasta puede decirse que nadie imagina algo en un sentido diferente, es decir, que autoridades y sindicato tuvieran diferencias, dado que, en varias ocasiones el Rector Anaya Alvarado, ha exteriorizado su compromiso de mantener las pláticas y de que, las negociaciones beneficien a los trabajadores y a la Institución.
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