Trump con sus aranceles representa el fin del libre comercio que EE. UU., auspicia tras la Segunda Guerra Mundial, importante como el abandono del patrón oro por Nixon (1971) La jornada que Trump definió, “día de la liberación económica de su país”, es el inicio de un proceso que pondrá fin al sistema de comercio internacional basado en el intercambio de bienes y servicios que permitió la etapa más larga y prospera conocido por la humanidad.
Un Trump populista desarrolló un discurso victimista que puso a EE. UU., como el damnificado del libre comercio, golpea a expresidentes y aliados europeos a los que describe como sanguijuelas. Los aranceles es la forma de concretar que EE. UU., se declara agraviado por el mundo y puesto a castigar a quien no le rinda vasallaje.
Trump viaja al siglo XVIII cuando el mercantilismo hizo rico al Reino Unido. Esta ola va y viene por la historia, pero no había enfrentado un mundo que vivió la bondad del intercambio. Los aranceles encarecerán bienes y servicios afectados.
Al estar la economía mundial integrada, algunos productos cuentan con componentes de decenas de países, así que las empresas deberán rehacer su cadena de valor en función de los incentivos creados por Trump.
Trump confía en que EE. UU., con el Producto Interior Bruto mundial entre 16 y26% y su enorme capacidad de tracción, prevalecerá.
Imponer aranceles distorsiona tipos de cambio, desafío para los bancos centrales. Los aranceles costarán al pueblo de EE. UU.
De haber represalias generalizadas, sufrirán sus exportaciones. Si el dólar se deprecia o reevalúa ante las monedas, podría ser el inicio de su decadencia como moneda de reserva y de referencia mundial.
Para Europa, la decisión de Trump es un desafío. La Unión Europea es el viejo mercado común, proyecto que buscaba abatir las barreras aduaneras y crear una zona de libre comercio que prosperara en base a intercambios dentro del continente y después en el resto del mundo.
Hay también incoherencias en países amenazados y afectados como la del eslogan compra lo hecho en México. Hay que abrir mercados, no cerrarlos como hace Trump. Brasil tiene grano barato. México importa millones de toneladas de EE. UU.
Panorama difícil que se debe sortear lo mejor posible con apoyos internacionales, no con economía casera sin inversión privada y pública, dependiente de programas sociales.
Discussion about this post