Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, reconoció este jueves que la compañía no saldrá ilesa de la nueva política arancelaria impulsada por el gobierno de Donald Trump, presidente de Estados Unidos. A través de un breve mensaje publicado en la red social X, de la cual también es propietario, Musk expresó:
“Es importante señalar que Tesla no ha salido indemne de este problema. El impacto de los aranceles sobre Tesla sigue siendo significativo”.
Las declaraciones de Musk llegan tras el anuncio de Trump sobre la imposición de un arancel del 25 % a todos los automóviles exportados a Estados Unidos a partir del 2 de abril. Además, el mandatario advirtió que cualquier represalia por parte de países como Canadá o los miembros de la Unión Europea podría generar nuevos aranceles aún más altos.
Esta decisión ha generado preocupación entre fabricantes de automóviles, especialmente en Europa. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) expresó su inquietud y advirtió que estas medidas afectarían tanto a la industria automotriz global como a la manufactura en Estados Unidos.
Tesla, que fue líder en ventas de autos eléctricos hasta el año pasado, ha enfrentado una serie de desafíos recientes. En el último trimestre de 2024, la empresa fue superada por la china BYD. A esto se suman preocupaciones sobre cómo la postura política de Musk podría influir negativamente en las ventas. Este jueves, las acciones de Tesla cayeron 5,6 %, acumulando una pérdida del 32,6 % en lo que va del año.
Otras compañías automotrices también registraron descensos. General Motors bajó un 3,1 %, mientras que Ford cerró con una ligera ganancia del 0,1 % tras haber estado en terreno negativo.
Los efectos del anuncio de Trump también se reflejaron en los mercados asiáticos. En Japón, las acciones de Toyota, Honda y Nissan cayeron entre 1,6 % y 2,5 %. El índice Nikkei cerró con una pérdida de más de 220 puntos.
Ante esta situación, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, anunció que su gobierno responderá con todas las opciones disponibles. Estimaciones preliminares indican que los nuevos aranceles podrían representar un gasto adicional de hasta 3,2 billones de yenes (cerca de 19.800 millones de euros) para los fabricantes japoneses, lo que podría llevar a algunos de ellos a tener pérdidas si las ventas en Estados Unidos se ven afectadas.
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