Cd. Victoria, Tamaulipas .- La mañana de este 5 de febrero, a las 6:00 horas, falleció en un hospital local el abogado, escritor y periodista tamaulipeco, Gerardo Francisco Campos Martínez, a la edad de 82 años, víctima de problemas de salud que lo aquejaban.
El deceso fue confirmado por su hermana Ana Laura, quien indicó que el viernes 7 de febrero a las 18:00 horas (seis de la tarde) se oficiará una misa en la Iglesia Católica de San Agustín, ubicada en el Fraccionamiento Villa Jardín, para despedir sus cenizas.
Gerardo Francisco Campos Martínez, estudió Licenciado en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y regresó a su ciudad natal, Victoria, Tamaulipas para el ejercicio profesional.
En la década de los setentas, fue Agente del Ministerio Público, dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Después, en la década de los noventas, se desempeñó como Director del Registro Público de la Propiedad y el Comercio.
Durante parte de su vida profesional fue litigante y activista político.
También tuvo la pasión por escribir en los periódicos de la ciudad una columna política titulada Circo Romano en la que combinaba información, humor e ironía, para mostrar su visión crítica de los hechos cotidianos o fenómenos sociales.
Así mismo, incursionó como escritor de varios libros con el género de la sátira, entre ellos uno titulado “Los Mamones”
Igualmente tuvo participación política directa en el escenario local, pues laboró en diversas etapas dentro del extinto PRI, partido por el que buscó ser candidato a la alcaldía victorense y al no ser tomado en cuenta, quemó su credencial del tricolor en el panteón municipal.
Fue candidato por un partido opositor, pero perdió en las urnas.
Le sobreviven su esposa Ema Alicia Martínez, sus hijos Gerardo Francisco, Luis Fernando, Manuel Alejandro y Melissa Campos Martínez; sus hermanas Chiquis, Ana Laura y Marcela Campos Martínez, así como sus nietos.
Descanse en Paz el buen hermano, padre, abuelo y amigo.
Vaya una oración colectiva de la familia La Verdad — donde colaboró algunos años– por el eterno descanso de su alma, y porque a su familia y amigos más cercanos Dios les de fortaleza para mitigar el dolor de su ausencia física y encontrar una cristiana resignación.
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