(MT 2, 1-12)
Que gusto volver a compartir con ustedes estas líneas en este nuevo año que hemos iniciado, que Dios lleve a buen término todos sus propósitos planeados. Y qué mejor que meditando la palabra de Dios, en esta fiesta maravillosa de la Epifanía del Señor, es decir, Dios se manifiesta al mundo entero por medio de los magos de oriente.
Hoy este pasaje de San Mateo nos enriquece nuestra vida y nos motiva a seguir celebrando el jubileo de la esperanza que iniciamos en nuestra Diócesis el pasado domingo 29 de diciembre, iniciamos también los festejos de los 60 años de nuestra amada Diócesis de Cd. Victoria, por lo cual va a ser un año lleno de bendiciones.
Vemos en este pasaje como lo magos de oriente para poder llegar a su meta tuvieron la necesidad de realizar grandes preparativos, puesto que, a diferencia de hoy, no contaban con la tecnología avanzada con la que contamos hoy, no sabía de la espera que iba a suceder en el camino, pero se dejaron guiar por una estrella confiando en la providencia de Dios.
Tan grande fue su motivación que lo arriesgaron todo por el todo, paro encontrarse con él que es todo, Jesús nuestro salvador. Hubo momentos en los que querían engañarlos, como sucedió con Herodes, también otros instantes en los que se les perdió la estrella, más sin embargo fue más fuerte su fe, y su alegría de encontrarse con el mesías que los llevó a vencer todo obstáculo.
Que gozo tan inmenso el de estos magos al llegar a su meta y encontrarse con un niño inocente, indefenso, envuelto en pañales, pero grandísimo en su persona, que fueron capaces de reconocerlo desde su primer encuentro. Tal fue su reconocimiento que entre los regalos llevaron algo especial que era el incienso, por lo cual lo reconocían como Dios.
El oro que le ofrecieron, lo reconocían como rey del universo, y la mirra en su definición de hombre que sufriría por la humanidad. A diferencia de los regalos que nos dan a nosotros, estos tenían un significado muy especial, puesto que hacen referencia a la persona de Jesús.
Después de ofrecer sus regalos y de adorar a Jesús salvador, los magos advertidos en sueño regresaron llenos de alegría por otro lugar. Este evangelio nos refleja la vida misma, Dios sigue manifestándose en nuestra vida de diferentes formas y de una manera sencilla.
Ojalá seamos capaces de descubrir su presencia en los acontecimientos diarios de nuestra vida, y nos dejemos guiar por Él, en lugar de preguntar por qué suceden las cosas que pasan, mejor preguntémonos que me pide Dios a mí a través de esto que estoy viviendo y sentir cercana su presencia.
Hay que recordar que, aunque a veces las cosas no se den como esperamos y pensamos que se nos perdió la estrella, finalmente descubrir que vuelve a surgir, que las comisas no son para siempre, y debemos sacar un aprendizaje de todo lo vivido, a ejemplo de los magos del oriente.
Hay que reconocer que vale la pena seguir luchando y vencer todos los obstáculos, con tal de tener un encuentro personal y cercano, con aquel del que hemos oído hablar mucho y conocemos algo de Él, pero no hemos conocido a EL JESUS NUESTRO SALVADOR, ofrezcámosle lo mejor de cada uno de nosotros.
Que en cada eucaristía lo descubramos en su palabra y en su presencia real, para poder volver por distintos caminos, es decir, cambiar nuestra actitud de vida.
Recuerda que Dios sin nosotros sigue siendo Dios, pero nosotros sin Él no somos nada, su atento servidor, Pbro. José Dolores Muñoz Trujillo.
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