Yo digo y sostengo que muchos(as) que ostentan el poder en México no están a la altura político-humanista-ideológica de AMLO y de la Jefa Claudia. De ahí las actitudes irracionales, equivocadas o francamente inmorales en grado de corrupción que enturbian los objetivos de la 4T. En este sentido la población sabe y conoce de las traiciones a la vista del portador disfrazadas bajo la bandera de Morena. Y ni modo que sea invento.
Existen casos que escandalizan y son botones de muestra: en Campeche la gobernadora nombró como secretario de Desarrollo Económico a Jorge Lavalle Maury, ex senador panista sujeto a proceso por saquear a PEMEX en complicidad con Emilio Lozoya y participar en la presunta extorsión relacionada con la aprobación de la reforma energética durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. El tipo en cuestión porta el brazalete electrónico, sea que para la Fiscalía General es un delincuente, pero no para Layda Sansores que lo considera tan honorable como para desempeñar el señalado cargo. ¡Haga usted el recabrón favor!.
Por otra parte, y gracias a un editorialista de El Universal acabamos de saber que Martín Borrego Llorente, ex secretario de la oficina de Relaciones Exteriores y hasta hace unas horas funcionario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, utilizó el MUNAL (Museo Nacional de Arte) uno de los edificios más hermosos de la CDMX, para casarse con Ionut Valcu, empleado de la embajada rumana en nuestro país. Sobra decir que el desposado estaba protegido por Alicia Bárcena, ex titular de la cancillería que también lo llevó a la dependencia que ahora encabeza, sea SEMARNAT.
Lo anterior motivó que en “la mañanera” de este martes, la Señora Presidenta leyera el código que deben cumplir, aquellos(as) que desempeñan funciones públicas. En este sentido esperamos que los aventureros(as) llegados(as) a Morena, sobre todo del PRI y PAN, por ambición e inconfesables intereses, sean sometidos por la fuerza de la razón o la vía legal correspondiente. De otra forma corre peligro la 4T y no es exagerado decirlo ante hechos donde parece que el neoliberalismo y las sucias prácticas del pasado siguen vigentes.
Usted dirá que el propio AMLO fue víctima de ciertos colaboradores y tiene razón. Recordéis lo sucedido en SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana) dirigida por Ignacio Ovalle Fernández, donde se registró el fraude más cuantioso del sexenio equivalente a algo así como 17 mil millones de pesos de los que nadie sabe, pero que indudablemente fueron a parar a los bolsillos de empresarios y ejecutivos de la dependencia. Lo raro es que el ex Presidente librara de culpas a Ovalle y hasta lo rescató del penoso asunto enviándolo a otro cargo, aunque de menor rango, suficiente para mostrarle confianza. No olvidéis que dicho individuo fue secretario de la Presidencia en el régimen de Luis Echeverría Álvarez. ¡Santo Cielo!.
¿Y qué me dice de los políticos “chicharroneros” que con dientes y afiladas uñas pelean puestos por más modestos que estos sean olvidando que servir al pueblo es un privilegio, o la ostentación, excesos y despilfarro de que hacen gala algunos funcionarios de todos los niveles?. Señoras, señores, esto no es transformación sino más de lo mismo.
SUCEDE QUE
Es un honor que Claudia Sheinbaum haya escogido a Tamaulipas para anunciar más programas con sentido humanista y no menos importante el apoyo hacia el régimen que dirige Américo Villarreal Anaya después de que los últimos dos sexenios nuestro estado sufrió el abandono de gobernadores obnubilados por sus complejos y voracidad desmedida. La Jefa y AVA saben que urge recuperar el tiempo perdido.
Y hasta la próxima.
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