Miles de católicos victorenses y de la región centro de Tamaulipas acudieron los últimos días y especialmente este jueves a refrendar su fe en la Virgen de Guadalupe, llevándole ramos de flores, elevando plegarias, cantos, agradecimientos, mandas en peregrinaciones, las tradicionales mañanitas o misas.
El Santuario de Guadalupe ubicado en “La Loma” un costado de la prolongación de la calle ocho (Juan B. Tijerina) hacia el sur del río San Marcos, entre las colonias Mainero y Pedro Sosa, lució lleno durante las festividades preparadas por la Diócesis Victorense.
Familias completas, gran cantidad de adultos mayores, matrimonios de diversas edades, pero mucho menos jóvenes y adolescentes que antaño, acudieron a diversas horas de la noche previa, la mañana, la tarde y la noche de este jueves a dar gracias, cumplir promesas, hacer peticiones y refrendar el fervor guadalupano.
A las 12:00 horas del jueves, el Obispo Emérito de la Diócesis, Don Antonio González Sánchez, acompañado de un sacerdote oficiaron la misa con la presencia de cientos de fieles católicos victorenses y de la región.
Para dar celeridad al paso ante el altar, a donde la gran mayoría de los feligreses acudían a dejar flores, desde la más sencilla al adorno más sofisticado y grande, se quitaron las bancas centrales, dejando solamente a los costados y en la parte lateral frontal.
De pie la gran mayoría de los asistentes siguieron la ceremonia religiosa, escucharon las lecturas, el evangelio, el sermón, hicieron los cánticos con fervor y comulgaron, reafirmando su amor a la Virgen Morena, la madre de Dios, que se apareció al indio Juan Diego en el Cerro del Tepeyac.
El Obispo Emérito Antonio González Sánchez, destacó la importancia de la Virgen de Guadalupe en la fe católica del pueblo de México y las Américas, convocando a seguir fortaleciendo esa fe en la Madre de Dios, de su hijo Jesucristo y en Dios Padre.
Llamó a seguir la vida religiosa como Dios lo manda, a ir por el camino del bien y a amarle como él nos ama, pero también hacerlo con el prójimo.
Asimismo, hizo u llamada a reflexionar si estamos cumpliendo con las sagradas escrituras.
Y además convocó a acercar más a los niños, adolescente y jóvenes a la iglesia, así como al fomento de las vocaciones sacerdotales, para que aquellos que sientan el llamado de Dios sean los futuros secretores que sigan pregonando el evangelio a las nuevas generaciones.
Después de la misa del mediodía, los guadalupanos siguieron llegando al Santuario de Guadalupe para adorar, rezar, cantar y consentir a la Virgen de Guadalupe, madre de Dios y la madre de los mexicanos.
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