Desde hace 44 años he recorrido las carreteras del norte de México, desde Cd. Victoria, capital d Tamaulipas, a la Ciudad de Chihuahua, el estado más grande de México.
El motivo, visitar a parte de la familia, radicada en aquella entidad, en donde tuve la suerte de nacer y crecer al lado de una buena familia que combinaba la profesión magisterial con las actividades agrícola, pecuaria, forestal y comercial.
Cruzar cuatro estados, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, obliga de alguna forma a hacer comparaciones de la infraestructura carretera, desarrollo regional y crecimiento de caza zona.
A lo largo de los cerca de mil 100 kilómetros del recorrido en automóvil hay grandes contrastes en el trayecto.
El primer estado con tramos de autopista fue Nuevo León.
Luego lo hizo el estado de Coahuila.
El desarrollo industrial de la zona metropolitana de Monterrey, así como de Saltillo, Coahuila, con gran interacción, obligó a la autopista entre ambas ciudades y a la construcción d libramientos.
Después vino la ampliación de la carretera con acotamientos de Saltillo a Torreón y de Torreón a Jiménez, Chihuahua.
Chihuahua, por su parte hacía esfuerzos extraordinarios para la red d autopistas con recursos estatales y privados, a los que luego se sumó la federación.
El “patito” feo de la infraestructura carretera sigue siendo Tamaulipas, pues la autopista Linares-Victoria-Tampico, iniciada hace décadas no ha podido terminarse.
Cierto que Tamaulipas tiene algunos tramos de autopista como Monterrey-Nuevo Laredo o Monterrey-Reynosa-Matamoros.
Pero sigue en espera a la infraestructura que ya tienen el resto de los estados del norte del país, desde Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y hasta Nuevo León.
Increíble que siendo Tamaulipas una plataforma logística para las importaciones y exportaciones entre México y sus socios del América del Norte (Estados Unidos y Canadá) carezca de infraestructura carretera de calidad.
Alos largo de los 371 kilómetros de la frontera con Texas están diez municipios: Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo, Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros.
Y de manea estratégica están distribuidos 17 puentes internacionales que hacen de nuestra frontera el polo más importante para el intercambio comercial. Por ellos cruzan más del 50 por ciento de los productos en ambas direcciones, sur-norte y norte-sur.
Por tanto, la conectividad con las zonas industriales o centro de producción son relevantes.
También en los 430 kilómetros de litoral con el Golfo de México, existen cuatro puertos marítimos, Matamoros, Soto la Marina, Altamira y Tampico. También son puerta de entrada y salida de mercancías para Norteamérica, Sudamérica o Europa.
Esa ubicación estratégica hace de Tamaulipas la plataforma logística importante en el norte de México, una esquina dorada que requiere fortalecer la infraestructura carretera para aprovechar mejor esa fortaleza que no tiene ningún otro estado norteño.
Por eso, no se explica el rezago en ese tipo de infraestructura o porqué Tamaulipas ha llegado tarde al florecimiento de las autopistas.
Sin embargo, la cruda realidad ahí está.
Nos faltan las autopistas Matamoros-Victoria-San Luis Potosí, terminar la Tampico-Victoria-Linares, la costera Tampico-Matamoros y la ribereña Nuevo Laredo-Reynosa-Matamoros.
Lamentablemente, además de la falta de las autopistas citadas, la actual infraestructura de dos mil 400 kilómetros de carreteras federales y los dos mil 800 kilómetros de carreteras estatales registran diferentes gados de deterioro.
El mayor abandono de los últimos veinte años.
En todo el trayecto de Cd. Victoria a Chihuahua capital, los tramos más deteriorados están en Mainero, Villagrán, Hidalgo y El Barretal (Padilla).
Y el pedazo más vergonzante porque obliga a salir de la carretera, pasar por un costado de misma, entre viviendas y un puente inconcluso y olvidado, es Mainero.
Es urgente que en el programa de mejoramiento de la red carretera federal y estatal de Tamaulipas se atiendan esos marcados rezagos, pues se trata, reitero, de la principal fortaleza de Tamaulipas, su conectividad.
Hay otros muchos factores que hacen que el tráfico por las carreteras tamaulipecas sea peligroso.
La escasa vigilancia por parte de la Guardia Nacional, División Caminos.
La ausencia de vigilancia al transporte de carga que viola las normas de pesas y medidas.
La violación flagrante de los límites de velocidad por parte de traileros y automovilistas.
La falta de una norma que obligue a los automovilistas o bien a los fabricantes de automotores a instalar sistemas de luces apropiadas para no afectar a conductores que vienen en sentido contrario. Es un verdadero desorden el actual sistema de iluminación de autos, camiones de carga y autobuses.
Los puntos de revisión o “retenes” sean de seguridad, apoyo turístico e incluso casetas de cobro se convierten en “cuellos de botella” en los momentos de mayor tránsito, debido a la falta de criterio para las revisiones u operación.
Sin dejar a un lado el asunto de la delincuencia organizada.
Mucho por hacer, mucho por mejorar y atender para que Tamaulipas esté a la altura que exige ser la mejor plataforma logística del norte d México.
Antes que el resurgimiento de los trenes de carga y pasajeros en la región sería necesario contar con la infraestructura carretera digna y la red de autopistas para potenciar el desarrollo de las diversas regiones de Tamaulipas.
Tarea para la planificación en los próximos cuatro años.
Habrá que hacer votos porque la visión de los responsables de esas áreas en los gobiernos estatal y federal, lo incluyan en sus agendas.
Tarea de equipo para los secretarios de Obras Públicas Pedro Cepeda Anaya; de Desarrollo Económico, Ninfa Cantú Deándar; de Finanzas, Adriana Lozano Rodríguez y del representante de la Secretaría de Infraestructura y Comunicaciones del Gobierno Central.
Grandes los retos.
Tiempo de trabajar duro.
No todos son las aduanas.
Los productos en su mayoría circulan por tierra de los centros de producción a sus destinos.
Y la red no está en las condiciones mínimas de operación eficaz.
Hagamos la tarea.
Para abatir los añejos rezagos.
No es tan complicado, ya lo hicieron Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California.
Así lo confirma el recorrido periódico de los dos mil 200 kilómetros de ida y vuelta de Cd. Victoria a Chihuahua.
Que tenga usted un buen cierre de años, apreciado lector.
Y los mejores deseos de salud y bienestar en 2025 para usted y familia.
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