Las empresas “cableras” son excelentes cobradoras.
Incluso te acosan y presionan para que no se pase el mes sin pagar.
Por teléfono fijo, al teléfono móvil (celular), al correo electrónico etc, te persiguen para que llegue puntual el pago de su servicio.
Se trata de las empresas cuyos servicios llegan por cables.
Entre ellas TELMEX, CFE, las que ofrecen servicios de internet como INFINITUM, IZZI, TOTALPLAY y varias más.
Sin embargo, la calidad de sus servicios dista mucho de la eficacia con que actúan sus departamentos de cobranza con atención robotizada y personalizada.
Cuando falla alguno de los servicios que ofertan, se ocultan con facilidad.
Cualquier reporte debes hacerlo ante alguna máquina programada.
Para que te conteste un humano en forma directa debes hacer múltiples llamadas y pasar varios filtros y obvio, minutos y a veces horas de tu valioso tiempo.
Tienen en sus respuestas robóticas múltiples excusas sobre su mal servicio. La mayoría de ellas, aducen ser causas ajenas.
Y para reanudar servicios, tienen plazos de 24 a 48 horas, validados por ellos mismos.
Tiempos de ausencia de servicios que no son descontados en los recibos mensuales de cobranza.
A eso, ya casi nos acostumbramos. Lo normalizamos.
Pero a hay otros aspectos en materia de la infraestructura que utilizan para hacernos llegar sus servicios, que están en pésimas condiciones.
Las líneas de conducción de sus señales se han convertido en “un triperío” de cables sin ton ni son, de todos los calibres y a todas las alturas, en frente de nuestros hogares.
Son tantas las compañías que están surgiendo que los postes de la CFE o TELMEX son insuficientes para sostenerlos.
Hay cables casi a ras de suelo en muchas avenidas y calles.
Otros cables cortados que quedan a la deriva.
Cuando acuden a rehabilitar, sus tánicos dejan tirados los materiales.
Otros cables están a mediana altura al grado que los peatones o transeúntes deben ir esquivándolos al pasar por las pésimas banquetas que tenemos.
Y lo más lamentable.
Que ni las autoridades municipales, estatales o federales hacen nada al respecto, aun cuando presentas las quejas.
Al parecer a nadie le corresponde esa vigilancia, a pesar del riesgo que representan para la comunidad.
Quizás sean protección Civil Municipal y Estatal, quienes en forma coordinada deban actuar.
Pero sin duda alguna instancia de gobierno tiene que meter en orden a las cableras.
Esas deficiencias que afectan mucho la imagen urbana se notan más en estos días de diciembre pues muchas familias adornaron con luces y figuras navideñas las fachadas de sus casas.
Y al apreciar aquellas que son muy buenas, siempre aparecen las irreverentes huellas de las cableras.
Tarea para los alcaldes y sus equipos de Servicios Públicos y Protección Civil.
Espero que el de Ciudad Victoria, Eduardo Gattás Baéz, ponga atención en este asunto que parece nadie percibe, pero que ahí está y creciendo cada vez más y con los riesgos y peligros, pues todos los cables son buenos conductores de energía de diversos voltajes.
Por lo pronto, ante la indiferencia de las cableras y la tolerancia de las autoridades de los tres niveles, póngase abusado cuando camine por las calles de Ciudad Victoria.
No vaya a quedar atrapado entre los cables en esta etapa de posadas, noche buena, navidad y año nuevo.
Reciba un fuerte abrazo, extensivo para su familia.
Y Feliz Navidad anticipada.
Dios con usted, estimado lector.
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