Ante el pleno del Congreso del Estado, se presenta exhorto a la Secretaría de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social, en el ámbito de sus atribuciones, para conocer las acciones que se están llevando a cabo para el tratamiento de aguas grises en el Estado de Tamaulipas.
Elvia Eguía Castillo, diputada local, sostiene en su exposición de motivos que el Banco Mundial indica que se vierte alrededor del 80% de agua residual al medio ambiente sin haber recibido tratamiento, ya que si esta lo recibe se convierte en un recurso valioso del que pueden recuperarse varios elementos, como agua limpia, energía y nutrientes.
En un informe del mismo organismo, menciona que el crecimiento poblacional y económico han impulsado una gran demanda en el recurso hídrico y en esta época alrededor del 36% de la población mundial vive en regiones donde existe una gran escasez de agua En América Latina y el Caribe, solo alrededor del 60 por ciento de la población está conectada a un sistema de alcantarillado y sólo un 30 a 40 por ciento de las aguas residuales de la región que se captan se tratan.
Por lo tanto, el tratamiento de aguas residuales es un proceso esencial para proteger los recursos hídricos, la salud pública y el medio ambiente. Las aguas residuales provienen de fuentes domésticas, industriales, agrícolas y urbanas, y contienen una variedad de contaminantes, tales como materia orgánica, productos químicos, metales pesados, nutrientes (como nitrógeno y fósforo) y microorganismos patógenos. El tratamiento adecuado de estas aguas es importante para reducir los riesgos de contaminación y preservar la calidad del agua disponible para el consumo y otros usos, acotó.
Ahora bien, dentro de las aguas residuales encontramos las aguas grises, las cuales son aquellas que provienen de actividades domésticas, como lo son duchas, bañeras y lavamanos, estas presentan un bajo contenido en materia fecal.
Debido a su menor grado de contaminación, las aguas grises pueden ser tratadas y reutilizadas para ciertos usos no potables, como el riego de jardines, la limpieza de exteriores, o incluso para el inodoro, lo que contribuye a la conservación del agua potable y a la reducción de la demanda de recursos hídricos
El tratamiento de aguas grises puede ser relativamente sencillo y se basa en procesos como la filtración, la sedimentación o el uso de tecnologías como los filtros biológicos y los sistemas de tratamiento por plantas de tratamiento ecológicas.
Dentro de los beneficios de adoptar la práctica del tratamiento de aguas grises, para su reutilización, encontramos los siguientes puntos:
Ahorro de agua potable, reducción de la huella hídrica, disminución de la carga de tratamiento de aguas residuales, beneficios económicos, impacto ambiental positivo, fomento a la sustentabilidad y conciencia ambiental y usos diversos y versátiles.
El reciclar las aguas grises es una medida efectiva y práctica que ayuda a conservar el agua potable, reduce el impacto ambiental y puede generar beneficios económicos y sociales. Es una forma de hacer frente al creciente problema de la escasez de agua en muchas partes del mundo y de nuestro Estado, además de que contribuye a crear un entorno más sostenible para las generaciones futuras, puntualizó.
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