La habilitación del camellón central de la Avenida Francisco I. Madero (17) como peatonal en la alameda principal de Ciudad Victoria, que conecta el “Paseo Méndez” en la avenida Rosales con la Unidad Deportiva “Adolfo Ruiz Cortines” en la avenida Carrera Torres, es un excelente espacio para caminatas matinales y nocturnas.
Desde el remozamiento de esa avenida a la fecha, se ha convertido en un área de esparcimiento o activación física muy concurrida por los victorenses y visitantes.
Recorrerla de preferencia muy temprano o por la noche, sin el tráfico ordinario de vehículos es un deleite, pues se disfruta la abundante y variada vegetación y el contraste de las fachadas de las viviendas antiguas o modernas.
Permite recordar el pasado lejano, el pasado reciente y la realidad el presente de nuestra capital tamaulipeca, que sigue explorando y buscando alternativas para su mejor desarrollo, más allá de las burocracias robustas derivadas precisamente de ser el asiento o sede de los tres Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Al “paseo peatonal” acuden diariamente cientos de personas con el objetivo de ejercitarse y contribuir al bienestar y buen estado de salud, pues las recomendaciones de los médicos para un buen estado físico incluyen la actividad corporal, es decir, dejar a un lado el sedentarismo y hacer ejercicio.
Jóvenes, adultos de diversas edades, incluidos los adultos mayores, utilizan y disfrutan de este buen espacio libre de baches, de la estrechez o mal estado de las banquetas. Solo hay que tener cuidado en el cruce de las calles cuando el semáforo lo indique.
Sin embargo, a pesar de que todos los asistentes disfrutan del grato espacio que combina naturaleza y urbanización adecuada, no son recíprocos con la preservación y cuidado del mismo.
Sin calificarlos a todos, porque hay quienes, si tienen un comportamiento adecuado al no contaminar ni dañar la imagen del paseo, algunos van dejando basura a su paso por el área peatonal.
Los principales elementos de basura que tiran los malos paseantes son botellas de plástico que contenían agua o refresco, envases de yogurt, bolsas de plástico, servilletas de papel, papel sanitario, vasos de plástico o unicel, platos desechables, envoltorios de chicles, de chocolates o de barras de cereales, cajetillas de cigarros, colillas de cigarros, bolsas de frituras o de galletas.
Sin dejar de mencionar las heces de perros, pues varios de los paseantes del paseo se acompañan de sus mascotas y no llevan las bolsas de plástico especiales para recogerlas.
Y aunque en las especificaciones de que ese espacio es solo para peatones, también circulan de manera ocasional jóvenes principalmente en bicicletas e incluso alguna que otra motocicleta.
Las reglas son y el paseo pasa por el frente de las oficinas del Ayuntamiento donde despacha el alcalde Eduardo Gattás Báez, su gabinete y cuerpo edilicio, quienes deben estar al pendiente de las condiciones del mismo.
También está a solo 50 metros el Palacio de Gobierno, en el que despachan al menos cinco de las principales figuras del Poder Ejecutivo Estatal.
Lamentable que una de las partes más sucias del paseo sea precisamente en frente del bello edificio que alberga las oficinas de la Secretaría de Salud, e inmueble que por muchos años fue la sede del Banco de Crédito Rural del Noreste y de la Delegación de la Secretaría de la Reforma Agraria.
La corresponsabilidad entre autoridades y ciudadanos es el único camino para preservar las buenas obras y mejorar el maltrecho entorno de la mayor parte de las calles, avenidas, plazas y paseos de la capital tamaulipeca.
Pues la ciudad, plaza, paseo o calle más limpia, no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia.
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