Siempre he tenido la idea de que un asesor es la persona -hombre o mujer- con suficiente experiencia en un área determinada y tiene como función principal el de aconsejar, recomendar al titular de un área en la iniciativa privada o la administración pública.
En las distintas áreas del comercio, las empresas contratan asesores de ventas, quienes tienen la obligación de aconsejar, orientar, consultar a los clientes sobre lo que deben comprar, según sus propias necesidades y de acuerdo a los productos que existen en el mercado.
Infiero entonces que los asesores conocen a la perfección las técnicas de persuasión ideales para que los clientes potenciales adquieran los productos que la empresa vende y por ello les capacita ampliamente porque mientras más satisfecho esté el cliente se puede garantizar una nueva venta y la promoción del producto.
Luis Alberto Pérez Zamorano, director general de INVERFOX, una empresa dedicada a la inversión financiera y parte del Grupo STRATEGIC CAPITAL AGENCY S.A.P.I de CV, tuvo el acierto de contratar a un grupo de asesores a quienes vendió la idea de que familiares y amigos eran unos clientes potenciales y a quienes les podían ‘ayudar’.
Hay quien asegura que INVERFOX, de Pérez Zamorano, a lo largo de los últimos cinco años ha reunido a poco más de 10 mil clientes y en los primeros tiempos las ganancias de los clientes fueron reflejadas en las cuentas bancarias, pero solo momentáneamente, porque los inversionistas eran persuadidos por los asesores de que, a mayor capital, mayor ganancia, por lo que fueron hasta millonarios en contratos.
Fue hasta febrero del 2023 cuando los vencimientos de algunos contratos dejaron de ‘pagarse’ y el papel de los asesores fue informar a los clientes que el gobierno de la 4T había ordenado una Auditoria vía Sistema de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), por lo que las cuentas de la empresa estaban congeladas.
Como es natural el número de contratos vencidos se fueron acumulando conforme avanzaron los meses y hasta la fecha (finales de octubre de 2024) suman más de dos mil contratos no pagados y muchos de los inversionistas han aceptado reinvertir, a pesar de que a nadie se ha liquidado la totalidad de lo vencido.
Se sabe que cuando mucho se les han hecho depósitos de 20 mil pesos, aunque el contrato vencido sea por millones de pesos.
Luis Alberto Pérez Zamorano utilizó el sistema tipo PONZI en donde el capital destinado a un inversionista se utiliza para pagar el rendimiento de otro y son los asesores a manera de cómplices de la estafa, quienes se encargan de persuadir a los clientes.
Resaltan varios conflictos en esta aventura financiera, como la ruptura de lazos familiares (asesores de INVERFOX y clientes) porque para muchos ya es una pérdida de capitales, muchos de los cuales son producto de jubilaciones, préstamos, ventas de propiedades, herencias, etc.
También se han dado endeudamientos porque con el producto de la inversión se tenían programados desde liquidaciones de hipotecas, cuentas de hospital, cuentas bancarias y hasta de médicos y medicinas.
Lo más lamentable es que se cuentan varios inversionistas fallecidos por estos hechos y lo peor es que los asesores creen que ‘se lavan las manos’ argumentando que ellos “…no recibieron ni un solo centavo…” aunque está comprobado ante las mismas autoridades judiciales que se convirtieron en cómplices al proporcionar información de INVERFOX y datos bancarios para depósitos.
Son varios los abogados que han tomado la demanda de clientes defraudados y según se informa, ya son más de dos mil querellas entre juzgados mercantiles y penales, al grado que la misma Fiscalía General de Justicia de la CDMX, ha nombrado a un Fiscal Especial por este fraude.
Desde luego que hay mexicanos que se niegan a formular su demanda por temor a un rompimiento familiar, pues imaginan (bien) que quienes les embaucaron en esto bien pueden caer a prisión hasta por asociación delictuosa.
Qué haya inocentes. Es muy probable, al grado que ya hay quienes abandonaron INVERFOX para dedicarse a otra cosa más honesta y lo muy malo es que hay asesores que continúan engañando a incautos, quizá porque la comisión sigue siendo atractiva.
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