Este domingo como todos los demás, es especial, pero tiene un tinte diferente, por que celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, es decir, en este día recordamos de manera sobresaliente a nuestros hermanos y hermanas, que se encuentran en lugares especiales. En donde no han escuchado, la palabra de Dios o la conocen muy poco.
A estos lugares les llamamos “tierra de misiones”, que son en otros países, pero también recordemos, que nuestra Diócesis de Ciudad Victoria es tierra de misiones. Aquí hay muchos lugares sedientos de la palabra de Dios y otros que hay que reevangelizar. En México tenemos otros más sitios de misión, por eso hoy se nos invita a orar por ellos.
Tanto por los misioneros, como por aquellos a quienes les van a compartir la palabra de Dios. Para que dé buenos frutos, aparte de nuestra oración que es muy importante. Nuestra ayuda económica es de vital importancia, por lo tanto, todo lo aportado en las ofrendas de este domingo será destinado a ese fin, de ayudar a nuestros hermanos misioneros.
Ojalá seamos generoso con nuestra ofrenda de acuerdo con lo que el corazón nos dicte, pongamos nuestro granito de arena por las misiones, también analicemos como estamos viviendo nuestra misión de un fiel cristiano es decir de bautizados, y preguntémonos ¿nos interesa y nos preocupa la misión que tenemos como hijos de Dios o ni siquiera lo hemos pensado en ello? Todos tenemos una misión que cumplir, pero ¿cuál es la nuestra?
Hoy el evangelio nos presenta aquel acontecimiento en el que Santiago y Juan cuestionan a Jesús exigiéndole un lugar especial en el cielo, obvio la respuesta no se hizo esperar y, tanto a Jesús como a sus discípulos, les causo intriga. Aquella petición, y como siempre la pedagogía de Jesús, es clara y eficaz, en pocas palabras responde como debe de ser que eso no le toca decidirlo a Él, sino a su padre celestial.
Jesús pone un ejemplo claro como ganar ese lugar especial. No a la derecha de Jesús o a su izquierda, si no en el reino de los cielos; Y es sirviendo a nuestros hermanos en el trabajo, en la familia, en nuestro entorno, pero de una manera desinteresada, con el único objetivo de llegar a la meta, la salvación, y ayudar a que los de más lo logren también.
Causa tristeza el ver cómo en la actualidad se ha perdido este sentido de servir, sin esperar nada a cambio, servimos esperando cobrar el favor en cuanto tengamos oportunidad, sacar ventaja del favor, utilizamos nuestros puestos de trabajo para servirnos de los demás, y vemos el puesto o nombramiento para sentirnos más importantes que nuestros hermanos.
Jesús no solo nos pide ser servidores, si no que nos da ejemplo de servicio, y que bien quedó este evangelio de hoy en este día de las misiones, porque evangelizar es un medio para servir, sin esperar nada a cambio sabiendo que a Dios no le vamos a ganar en generosidad. Siempre nos va a recompensar el ciento por uno por ciento, no económicamente, sino con la mayor recompensa que es la vida eterna
Sigamos trabajando por nuestra salvación, en la misión y vocación que cada uno de nosotros hemos recibido y elegido. Nunca dejemos de orar por las misiones.
Recuerda: Dios sin ti sigue siendo Dios, pero tu sin él no eres nada, su amigo y servidor Pbro. José Dolores Muñoz Trujillo
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