En el marco de su agenda para enfrentar la creciente crisis hídrica en México, Claudia Sheinbaum, presidenta del país, ha anunciado un ambicioso plan de ordenamiento en las concesiones y transmisión de los derechos de agua.
Este proyecto tiene como objetivo principal corregir la distribución desigual del recurso, en donde ciertas zonas cuentan con exceso de concesiones mientras que otras sufren por la escasez del vital líquido.
Durante este mes, Sheinbaum firmará el Acuerdo Nacional por la Seguridad y Sustentabilidad Hídrica, que marcará el inicio de una serie de reformas legales para fortalecer la regulación del agua en el país.
La mandataria subrayó que se trata de un esfuerzo por garantizar que el acceso al agua sea equitativo y que este recurso, considerado un derecho humano y un bien nacional, no sea privatizado.
Un problema de distribución desigual
Sheinbaum, en diversos eventos públicos, ha mencionado la concentración de concesiones en ciertas áreas y sectores, especialmente en manos de grandes empresas y productores agrícolas, mientras que otras regiones, particularmente rurales, sufren una creciente escasez.
Como parte de su estrategia, buscará una revisión integral de la Ley Nacional de Aguas para corregir estas inequidades.
Además, destacó la importancia de la tecnificación de los sistemas de riego en el campo para hacer un uso más eficiente del agua.
Reforzando la sostenibilidad hídrica
El Acuerdo Nacional por la Seguridad y Sustentabilidad Hídrica incluirá la implementación de nuevas tecnologías y prácticas sostenibles, así como medidas para modernizar la red hidráulica del país.
Sheinbaum ha expresado que este plan busca asegurar que el agua no solo llegue a quienes la necesitan en el presente, sino también garantizar su disponibilidad para las futuras generaciones.
Las zonas agrícolas serán prioritarias, ya que actualmente representan una de las mayores fuentes de consumo de agua en México.
En defensa del agua como bien público
Sheinbaum ha dejado claro que uno de los pilares de este proyecto es impedir la privatización del agua, asegurando que el acceso al recurso sea equitativo y que se proteja su uso para el bienestar de todos los ciudadanos.
En reiteradas ocasiones ha defendido que el agua es un asunto de seguridad nacional y que debe administrarse de forma responsable para preservar los ecosistemas acuáticos y el bienestar de la población.
Este plan, que involucra la participación de diferentes sectores, busca también consolidar los esfuerzos del actual gobierno en proyectos como Agua Saludable, que ya ha comenzado a mejorar el suministro en zonas afectadas como La Laguna.
Con estos cambios, Sheinbaum apunta a una nueva era de gobernanza del agua en México, donde la equidad y la sostenibilidad serán los ejes centrales.
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