La condena para Genaro García Luna llegó a 460 meses de prisión, si tomamos en cuenta que la fiscalía pidió Cadena Perpetua y que el reo solicitó por escrito la mínima que era de 20 años, podríamos pensar que el Juez Cogan fue justo, dejó inconformes a los fiscales y desde luego también al convicto.
Pero lo relevante no fue eso, lo verdaderamente notable es que con la sentencia quedó demostrado que nunca éxito aquel gobierno de “Las Manos Limpias”, porque el hombre más informado de un país es el Presidente de la República, así que no hay duda de que Felipe Calderón estuvo siempre enterado de las andanzas de su brazo derecho.
El sentenciado no estuvo nunca dispuesto a abrir la boca, así que purgará su sentencia y si se porta bien, con las reducciones de que goza el sistema carcelario del país más poderoso del mundo, estaría saliendo de prisión dentro de 30 años, si es que Dios le presta vida.
Tendrá aproximadamente, al salir libre, 84 años de edad, y si es que alguien lo espera, posiblemente tenga quien lo cuide en la etapa final de su existencia, cuando menos para que le cambien los pañales.
Triste final para el hombre más poderoso de los 2 sexenios panistas, mismo que acostumbraba inventar delitos, generar psicosis, manipular medios y montar escenarios. Su vida de Director de Cine, concluyó en el mayor de los fracasos, de aquel Conrado Sol, de la serie de Netflix no quedó nada, pero se fue solo, solito.
Algo que sin duda sus compinches agradecen, su familia también, pues antes de ser sentenciado, logró que una jueza le descongelara las cuentas bancarias a la esposa e hijos.
Muchos fueron sus víctimas, bajo el amparo de un testigo protegido denominado El Pitufo, encarceló a todos los que se atravesaron en su camino delincuencial, y aprovechando que el Presidente de México le pedía trabajitos especiales, el metía los suyos propios.
Qué curioso que su destino fuera marcado por testigos encarcelados, el Karma existe y su extraordinaria afición por incriminar políticos, policías y militares con un testigo protegido con antecedentes criminales, fue la demostración de ello, se la hicieron igual. Viles delincuentes lo hundieron al abrir la boca sobre los sobornos entregados y desde luego, al mencionar la protección para que las drogas cruzaran de suelo mexicano a suelo norteamericano.
Salvador Puga Quintanilla, nombre real de El Pitufo, fue un secuestrador que fue detenido por la Policía Federal, pero al que García Luna le vio maneras para incriminar a otros y recibió beneficios procesales por testificar en 300 casos, si leyó usted bien, 300 casos.
La hemeroteca nos informa que él fue reclutado por la agente del Ministerio Público Silvia Méndez Mendoza, que estaba bajo las órdenes de Marisela Morales y de Irving Barrios en ese entonces.
Todos los políticos de Michoacán encarcelados en el gobierno de Felipe Calderón recibieron denuncias soportadas en las declaraciones de El Pitufo, pero, además, Policías Federales incómodos y Agentes del Ministerio Publico no afines a él, o a su patrón.
La lista de víctimas de esa infamia es grande, pero hay nombres muy relevantes como el ex Comisario de la Policía Federal, Javier Herrera Valles, Greg Sánchez el exalcalde de Cancún, el General del ejército mexicano Tomas Ángeles Dahuahare y aquí muy cercano, el caso del ex gobernador de Tamaulipas Tomás Yarrington Ruvalcaba.
De todos los casos en que intervino como testigo protegido El Pitufo, ninguno resultó en condena, todos ellos fueron desechados por falta de pruebas.
Sin embargo, las victimas de esos 300 casos seguramente hoy tienen sentimientos encontrados, todos ellos al ver sus carreras aniquiladas por los infundios, querían, no me queda la menor duda, la pena máxima, o sea, cadena perpetua.
Dijo El Juez; “No lo voy a condenar a cadena perpetua, porque quiero tener cierta luz al final del túnel, usted es el mejor ejemplo de doble vida, usted facilitó el que se hicieran cosas horribles, para mí, usted es tan criminal como El Chapo, pero la forma de manifestar su maldad fue diferente. La sentencia dictada hoy es un paso fundamental en la defensa de la justicia y el Estado de Derecho, su traición a la confianza pública y a las personas a las que había jurado proteger dio lugar a la importación de más de un millón de kilogramos de estupefacientes letales en nuestras comunidades y desató una violencia incalculable aquí y en México.”
En privado, dicen que el Juez Brian Cogan les dijo a sus allegados, sé que no les gustó La sentencia y seguramente me la van a APELAR.
Jorge Alberto Pérez González
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