Florida, Estados Unidos (29 de septiembre de 2024).- Los estados del sureste de Estados Unidos se enfrentan a una monumental tarea de limpieza y recuperación luego del paso del huracán Helene, que dejó a su paso inundaciones catastróficas, daños masivos en infraestructura y al menos 89 muertos.
Las áreas más afectadas se encuentran desde Florida hasta Virginia, con millones de personas sin electricidad y comunidades enteras arrasadas por los fuertes vientos y las mareas ciclónicas. Funcionarios locales temen que el número de víctimas mortales aumente a medida que continúen las labores de búsqueda y rescate. Carolina del Sur ha registrado el mayor número de fallecidos, seguido de Georgia y Florida, donde las autoridades reportan una devastación sin precedentes.
Las aseguradoras y meteorólogos estiman que los daños económicos podrían oscilar entre los 15 mil y 100 mil millones de dólares, aunque la magnitud total de las pérdidas aún no ha sido completamente evaluada. El huracán tocó tierra en Florida, pero sus efectos se extendieron cientos de kilómetros hacia el interior, afectando gravemente a Carolina del Norte, donde las lluvias torrenciales provocaron secciones de tierra y desbordamientos de ríos.
El Presidente Joe Biden, en un mensaje a la nación, lamentó la tragedia y ofreció su apoyo a las familias afectadas. “La devastación es abrumadora, pero estamos con ustedes”, afirmó, prometiendo asistencia federal para acelerar los esfuerzos de reconstrucción.
En el oeste de Carolina del Norte, más de 400 carreteras permanecen cerradas y las autoridades advierten que algunos embalses están en riesgo de colapso. Comunidades como Chimney Rock y Spring Warrior Fish Camp sufrieron daños irreparables, con casas móviles desplazadas por las marejadas y centros urbanos cubiertos de barro y escombros. En Georgia, el gobernador Brian Kemp describió escenas de devastación tras visitar las zonas más afectadas, donde 17 personas, incluidos niños, perdieron la vida.
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