Pasó y puede volver a pasar. Como el blackjack es un juego que combina matemática, rapidez mental y azar, existe una posibilidad mínima de conteo de cartas que algunos apostadores muy hábiles pueden aprovechar. Aunque no es una práctica ilegal, es decir, nadie puede ir preso por hacerlo, los casinos tienen su propio “as bajo la manga” y pueden aplicar una regla interna para protegerse de estos jugadores que hacen “saltar la banca”. Aquí los detalles y dos casos emblemáticos vinculados al cine y las películas.
Ha pasado (y puede volver a pasar)
El conteo de cartas es un cálculo mental que algunas personas son capaces de hacer para conocer las probabilidades de que salga una carta u otra en una mano de blackjack, tal como se explica en este artículo de AskGamblers.
Lo primero que hay que entender sobre este tema es que el conteo de cartas es sumamente difícil. Los casinos actuales tienen mezcladores de cartas automáticos que dificultan esta práctica, justamente para evitar que un jugador haga saltar la banca, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.
Los casinos son negocios y como tales buscan maximizar el beneficio sin dejar de dar premios, ya que si los jugadores no tuvieran ni la mínima posibilidad de ganar, las salas se vaciarían en pocos días. Para mantener ese delicado equilibrio entre premios y ganancias los juegos de casino se auditan y todos sus elementos se revisan periódicamente, buscando detectar dispositivos para hacer trampa.
Aunque el conteo de cartas produce un desequilibrio en las cuentas del casino, no es ilegal, ya que no se considera una forma de trampa. ¿Cómo hacen los casinos para defenderse? Usan el derecho de admisión. Por lo tanto, si eres “demasiado bueno” en el juego y en las matemáticas, puedes levantar sospechas y que el personal de seguridad te invite a retirarte.
El caso del MIT
Uno de los casos icónicos es aquel del equipo de blackjack del MIT, un equipo de jugadores destinados a saltar la banca, formado por estudiantes y exalumnos del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard. Sus operaciones se extendieron desde 1979 hasta principios del milenio e involucraron a más de 80 jugadores en simultáneo, en los momentos de mayor éxito del equipo.
Además de dominar el conteo, el MIT team había desarrollado un sistema complejo con señales y códigos para coordinar las apuestas entre distintos jugadores. Cuando se vieron acorralados por el derecho de admisión en Las Vegas, tuvieron que salir al mundo y así recorrieron casinos de Europa donde sus nombres no estuvieran “quemados”.
Detrás de ellos se había montado una estructura con inversores. De hecho, llegaron a formar una sociedad limitada en 1992 llamada Strategic Investments para financiar el bankroll de los miembros del equipo. En las mejores épocas llegaron a tener una rentabilidad de 162 dólares por hora de juego.
Ben Affleck, expulsado de por vida
Jennifer López no fue la única que se cansó de Ben. En 2014, Affleck fue expulsado del Hard Rock Casino en Las Vegas bajo la presunción de que estaba contando cartas y ganando demasiado en el casino. Le impidieron la entrada de por vida.
Aunque no fue al MIT, el actor de Good Will Hunting y Armageddon tiene habilidades para el blackjack. En entrevistas admitió que había aprendido a contar las cartas y cuando podía lo hacía porque disfrutaba del desafío mental que suponía para su cerebro. Sin dudas llevó su habilidad bastante lejos, ya que tuvo algunos problemas con casinos.
¿Habilidad, suerte o trampa?
En todo el meollo de la cuestión vale la pena preguntarse sobre el alcance ético del conteo de cartas. ¿Es una habilidad, es cuestión de suerte o es una forma de trampa? Los sitios especializados como AskGamblers aseguran que siempre que no haya dispositivos involucrados, como micrófonos, pinganillos u ordenadores portátiles, se trata de una habilidad.
Es decir, cuando se trata de conteo puro, no es ilegal porque se entiende una forma legítima de vencer a los casinos. Sin embargo, las casas de juegos pueden ejercer el derecho de dar servicio a las personas que ellas quieren. Esto se llama “derecho de admisión” y es la palanca que activan los casinos cuando ven actividades sospechosas, como que un jugador gane muchas manos seguidas en el blackjack.
¿Qué puede hacer una persona muy hábil contando cartas?
Las personas que tienen una habilidad especial para el conteo pueden minimizar el riesgo de ser expulsados haciendo un uso discreto de sus dotes. O sea, evitando hacer unas apuestas obvias que queden a la vista de los demás jugadores, del atento crupier y de las cámaras del casino, si las hubiera.
Otra estrategia puede ser ir cambiando de casinos y no ir todas las noches, ya que los empleados y los vigilantes tienen turnos rotativos. Ir muchos días durante la misma semana puede ser llamativo. El bajo perfil, tanto en la forma de actuar como en la vestimenta, puede ser una auténtica estrategia de camuflaje para cualquier persona dispuesta a hacer uso de unas habilidades especiales de conteo de cartas. En conclusión, aunque los casinos pueden expulsar a los jugadores por ser “demasiado buenos”, hay formas de disfrutar del blackjack sin problemas.
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