Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.
Queridos hermanos en la fe católica reciban un cordial saludo en Jesús Maestro y Pastor. El día de hoy envío un especial saludo a los estudiantes y maestros de los diferentes niveles que el día de mañana inician un nuevo ciclo escolar. Los invitamos a que se acerquen a cada una de las parroquias, misiones y capellanías de la Diócesis para recibir la bendición junto con sus mochilas y útiles escolares. Pedir la bendición es una forma de mostrarse agradecidos con Dios por todo lo que nos da.
La Palabra de Dios que hemos escuchado hoy “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida” San Juan 6,55 nos invita a reflexionar sobre el Sacramento de la Eucaristía, donde se hace presente el Cuerpo y la Sangre de Cristo verdadera comida y bebida para nosotros los católicos.
El Maestro Jesús de Nazaret fue muy claro en la última cena sobre seguir realizando su sacrificio, por eso, para nosotros los católicos, siguiendo el mandato de Cristo cumplimos con lo que nos pidió en cada Misa que se celebra y en donde comemos su cuerpo y bebemos su sangre. Cuanto tenemos que agradecer por el gran don de la Eucaristía.
Con todo lo anterior, estamos invitados a reflexionar sobre nuestra participación en la Santa Misa. Ya en el Evangelio escuchamos como algunos les resultó intolerable el mensaje de Jesús sobre su cuerpo y su sangre a tal punto que muchos discípulos se echaron para atrás. La Eucaristía también hoy crea las mismas posiciones que en tiempo de Jesús, por un lado, los católicos que domingo tras domingo desean comulgar el cuerpo y la sangre de Cristo y por el otro lado, algunos que se muestran indiferentes a la Santa Misa.
Que importante es llevar una vida de fe católica, una vida en Dios para poder seguir creciendo en nuestra vida espiritual, alimentarnos de la Eucaristía nos une más al Maestro Jesús y al Reino de los Cielos, nos unimos al proyecto de salvación y a que podamos cumplir con la voluntad de Dios en nuestras vidas. Así los afirmó Simón Pedro en el Evangelio. “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.
Esta afirmación de Simón Pedro, solo se puede realizar desde una vida de fe en Cristo, de una aceptación del proyecto de Dios en nuestras vidas, desde una comunión viva con el Maestro Jesús de Nazaret y con su proyecto de salvación. Queridos hermanos en Cristo Jesús, vivamos y participemos de la Santa Misa dominical con piedad y devoción, no olvidemos que cada vez que comulgamos a Cristo, llega a nosotros para darnos vida y esperanza en mundo lleno de muerte y destrucción.
Con mi oración, cercanía y gratitud.
Pbro. Lic. Andrés Figueroa Santos
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