El estado de Texas está enfrentando una ola de calor sin precedentes que ha llevado a varias ciudades a romper récords de temperatura. Este martes, Houston alcanzó su máxima anual de 38,8 grados Celsius, según el Servicio Meteorológico Nacional. La situación es similar en otras ciudades como Del Rio, donde se registraron 42,2 grados, y en Amarillo, Corpus Christi y Borger, donde las temperaturas llegaron a los 38,8 grados Celsius.
El fenómeno se debe a un domo de calor que ha movido altas presiones y temperaturas elevadas hacia Texas, tras afectar previamente a Phoenix, Arizona. Este domo, que se caracteriza por cielos despejados y sol intenso, ha creado condiciones de calor extremo que se mantendrán en la región por lo menos hasta finales de la semana.
Además de Texas, otros estados como Nuevo México, Florida y Oklahoma también están bajo alerta de calor, con índices que podrían superar los 46 grados Celsius. En total, cerca de 14,7 millones de personas en Texas están bajo advertencia de calor excesivo, mientras que 10 millones más se encuentran bajo aviso de calor.
Las altas temperaturas están generando situaciones de emergencia en todo el estado. En Fort Worth, el servicio de ambulancias MedStar ha recibido 286 llamadas relacionadas con el calor en los primeros 20 días de agosto, lo que representa un incremento respecto al mismo periodo del año anterior.
Este episodio de calor extremo forma parte de una tendencia global más amplia. La agencia climática europea Copernicus ha señalado que, tras 13 meses consecutivos de nuevos récords de temperatura promedio, julio fue el primer mes en que la tendencia se moderó, coincidiendo con una disminución del fenómeno climático El Niño. Sin embargo, el impacto de la ola de calor actual en Texas y otras partes del mundo subraya la gravedad de las condiciones climáticas extremas que afectan al planeta.
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