El reciente ataque con cuchillo en Solingen, Alemania, reivindicado por la milicia terrorista Estado Islámico (EI), es parte de una preocupante serie de atentados y tentativas en Europa Occidental. Según Amak, el canal informativo del EI, el ataque fue realizado como “venganza por los musulmanes de Palestina y otros lugares” y estaba dirigido contra un “grupo de cristianos”.
Thomas Mücke, experto de la Red de Prevención de la Violencia, señaló que el conflicto en Oriente Próximo, que se intensificó a partir del 7 de octubre de 2023, ha sido utilizado por extremistas como tema para movilizarse, lo que ha cuadruplicado el número de ataques en Europa. Mücke destacó que Europa Occidental ha sido definida como objetivo por el EI, con el fin de sembrar terror y miedo, así como dividir a la sociedad.
El atentado de Solingen es solo uno de varios ataques recientes en Europa. El mismo día, dos coches explotaron frente a una sinagoga en La Grande-Motte, Francia, y en Viena, Austria, las autoridades detuvieron a presuntos simpatizantes del EI que planeaban un atentado durante un concierto de la cantante estadounidense Taylor Swift. Además, en mayo, un ataque en Mannheim, Alemania, dirigido contra un crítico del islam, dejó un saldo mortal, aunque sin vínculos directos con el EI.
Las autoridades alemanas y francesas han extremado las medidas de seguridad, especialmente durante eventos masivos como la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, lo que posiblemente evitó mayores tragedias.
Aunque el Estado Islámico fue considerado militarmente derrotado en Oriente Medio desde 2019, el yihadismo ha resurgido en Europa, con ataques cada vez más frecuentes y perpetrados por individuos más jóvenes. Según Mücke, dos tercios de los detenidos en Europa Occidental son adolescentes, radicalizados a través de internet. Ante este panorama, expertos como Mücke ven la necesidad urgente de identificar y abordar los procesos de radicalización a tiempo para prevenir futuras tragedias.
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