El luchador cubano Mijaín López ha entrado en la historia al ganar su quinta medalla de oro consecutiva en los Juegos Olímpicos. En París 2024, López, a punto de cumplir 42 años, se proclamó campeón en lucha grecorromana en la categoría de 130 kilos al derrotar al chileno de origen cubano Yasmani Acosta con un marcador de 6-0.
López, considerado por muchos como el mejor luchador de la historia, estableció un récord que será difícil de igualar, ya que requiere al menos dos décadas de dominio en la élite de su deporte. Su victoria fue celebrada con entusiasmo por el público del Arena Campo de Marte, que lo recibió con una ovación y coreó su nombre repetidamente.
Durante el combate, López basó su victoria en dos pasivos pitados a Acosta, uno en cada mitad del duelo, que supo explotar con llaves adicionales para asegurar su triunfo. Al final del combate, López levantó los brazos al cielo, dio la vuelta al tapiz central y abrazó a su entrenador, a quien levantó en vilo antes de llevarlo al suelo sobre el tapiz. Luego, en un gesto tradicional de los luchadores, se quitó los botines y los dejó en el tapiz, simbolizando su retiro.
“Hoy se cumplió un sueño,” confesó López en declaraciones a la prensa. “Fue una final bonita, histórica, en la que dos cubanos se enfrentaron por primera vez en una final de lucha.” Dedicó su triunfo a todos los que lo apoyaron para lograr este resultado y expresó su orgullo por haber llevado estas medallas a Cuba.
El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, asistió al combate para presenciar el histórico duelo y entregar las medallas en esta noche tan especial. Con su victoria, López superó a otros grandes deportistas con cuatro oros consecutivos en la misma especialidad, como Michael Phelps, Carl Lewis, Alfred Oerter, Paul Elvstrom y Kaori Icho.
López añade el oro en París a los obtenidos en Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020. Su carrera olímpica comenzó en Atenas 2004, donde quedó en quinto lugar. Su impresionante palmarés incluye además cinco oros y tres platas en campeonatos mundiales y cinco oros en Juegos Panamericanos.
Este gigante de 1,97 metros y 130 kilos, conocido como el ‘gigante de Herradura’ por su lugar de origen en la provincia de Pinar del Río, fue uno de los abanderados de Cuba junto con la judoka Idalys Ortiz en los Juegos Olímpicos de París, lo que refleja su elevado simbolismo en el deporte cubano.
“¡A mi gente de Herradura, mandarles un besote que pronto nos vemos!” dijo López a los periodistas con su habitual cercanía. Con su brillante desempeño en París, que incluyó victorias destacadas en cada etapa del torneo, López cierra su carrera con un legado inigualable en la lucha grecorromana.
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