En su discurso durante la Convención Nacional Demócrata de 2024, Michelle Obama introdujo una frase que ha comenzado a redefinir el debate sobre la raza y la desigualdad en Estados Unidos: “la acción afirmativa de la riqueza generacional”. Con estas siete palabras, la ex primera dama señaló cómo la herencia económica y las ventajas sistémicas perpetúan las desigualdades entre diferentes grupos sociales, especialmente entre blancos y afroamericanos.
Durante su intervención, Obama subrayó que muchos estadounidenses, como la candidata demócrata Kamala Harris, nunca han tenido el lujo de beneficiarse de esta riqueza heredada. Señaló que, a diferencia de las personas que heredan recursos y privilegios a lo largo de generaciones, la mayoría de los estadounidenses no pueden “fracasar hacia adelante”, es decir, no cuentan con una red de seguridad que les permita recuperarse fácilmente de los fracasos.
Sin mencionar directamente al expresidente Donald Trump, Obama hizo referencia a las ventajas de quienes disfrutan de una “escalera mecánica” hacia el éxito, una metáfora que aludía tanto al lanzamiento de la campaña de Trump en 2015 como a la facilidad con la que algunos pueden acceder al poder y a los recursos debido a su riqueza familiar.
La frase “acción afirmativa de la riqueza generacional” conecta dos conceptos bien conocidos: la acción afirmativa, que busca asegurar que los estadounidenses no blancos tengan acceso a recursos y oportunidades, y la riqueza generacional, que representa la transferencia de poder económico y social a través de las familias. Obama destacó que mientras unos dependen de programas gubernamentales para acceder a oportunidades, otros se benefician de la riqueza acumulada a lo largo de generaciones en una economía que históricamente ha favorecido a ciertos grupos.
El discurso de Michelle Obama ha sido visto como un llamado a reconsiderar cómo se distribuyen las oportunidades en Estados Unidos y cómo las políticas públicas podrían abordar las desigualdades persistentes. Al señalar la riqueza generacional como una forma de acción afirmativa no merecida, la ex primera dama no solo dirigió su crítica hacia Trump, sino que también ofreció un nuevo marco para discutir la desigualdad en el país.
Este nuevo enfoque presentado por Obama podría influir en el debate político y social en los próximos meses, especialmente en un contexto en el que las cuestiones de raza y desigualdad continúan siendo centrales en la agenda pública estadounidense.
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