El papa Francisco advirtió sobre los peligros que representan las armas contemporáneas al afirmar que su gran poder destructivo ha convertido en “obsoletos” los tradicionales límites de la guerra. En una audiencia con los miembros del ‘International Catholic Legislators Network’, reunidos en Frascati, Italia, el pontífice expresó su preocupación por la situación actual, que describió como una “Tercera Guerra Mundial por partes”, la cual parece ser permanente e imparable.
Francisco subrayó que la actual crisis global amenaza gravemente los esfuerzos de la comunidad internacional, especialmente en el ámbito de la diplomacia multilateral, para fomentar la cooperación en la resolución de profundas desigualdades y desafíos sociales, económicos y ambientales. En este contexto, el papa insistió en la necesidad imperativa de renunciar a la guerra como medio para resolver conflictos y establecer justicia.
“El enorme potencial destructivo de los armamentos contemporáneos ha hecho obsoletos los criterios tradicionales de límite de la guerra”, afirmó el pontífice, subrayando que la distinción entre objetivos militares y civiles es cada vez más difusa, lo que agrava las consecuencias humanitarias de los conflictos armados.
El papa Francisco hizo un llamado a la comunidad internacional para que escuche “el grito del pobre, de las viudas y de los huérfanos” y elija la paz a través de todos los medios posibles. También recomendó perseverancia y paciencia para avanzar por la vía de la paz mediante la negociación, la mediación y el arbitraje.
Para lograrlo, el pontífice instó a generar una renovada confianza en las estructuras de cooperación internacional, que, según él, deben ser reformadas y actualizadas constantemente para adaptarse a las circunstancias actuales. Asimismo, abogó por una distribución más equitativa de los bienes de la tierra y la superación de las desigualdades e injusticias que alimentan los conflictos y la violencia en todo el mundo.
Francisco concluyó destacando la importancia de proporcionar bases cada vez más sólidas al derecho humanitario internacional, como una forma de asegurar un desarrollo integral para las personas y los pueblos y reducir las tensiones que conducen a la guerra.
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