Con banda de guerra el comisario Milton Morales Figueroa fue despedido por familiares y compañeros, tras ser asesinado a tiros en Coacalco, Estado de México. Es triste; la acostumbrada gran despedida para luego continuar la evolución natural, el olvido de los hechos por el gobierno que acrecienta el dolor de la familia afectada.
Cuando las víctimas son personas que se destacan en la sociedad mandos de la secretaría de Seguridad Pública Federal y desde la mañanera aseguran que no habrá impunidad, declaración que esconde una grave derrota, perdió la vida otro mexicano más. Honores, impunidad y olvido. Así se cava, echa tierra y listo.
Pero a diario 200 mexicanos fallecen por homicidio doloso sin que sociedad y gobierno se ocupen de ofrecer y exigir un cambio de vida que desterré ignorancia y ambición, una política que destierre la exclusión social, motores que el crimen organizado utiliza para enrolar a casi niños a sus filas y convertirlos en homicidas.
Ante esta realidad, sociedad y gobierno callan; evitan ver esta lacerante realidad y no toman acciones para restablecer la salud en el tejido social pues cuesta dinero y muy pocos, incluyo a los gobiernos, saben invertirlo con sabiduría, desprendimiento espiritual; la mayoría lo gastamos; no sabemos utilizar esta herramienta que, si proviene del trabajo, es sagrada y a este tipo de acciones debe llegar.
Lamentablemente es víctima de homicidio cobarde, Milton Morales Figueroa, como se debe ser igualmente triste y lamentable otros cientos de miles de muertes en el actual sexenio federal, así como el sufrimiento, terror, desplazamiento, extorsión, homicidio llevado a cabo por el crimen organizado con impunidad, hacia millones de mexicanos.
La Hora 25: Ejemplos sobran: Michoacán, Guerrero, Chiapas, Colima, Hidalgo; Veracruz, el norte de Tamaulipas; vías carreteras; ciudades y pueblos; droga en las calles; control de producción agrícola y pecuaria; de comercios a través de ser proveedores exclusivos; de la venta de desechos metálicos; de permisos de eventos públicos, etc. Hay un estado paralelo en México.
Si continuamos diciendo que todo está bien y lo peor, creyéndolo, vamos en ruta al caos, al dolor y al sufrimiento social vía dictadura como salida al caos, que el mismo gobierno auspicia.
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