En nuestro país los políticos se acusan unos a otros de ser corruptos, delincuentes, rateros, mentirosos y vividores de la necesidad, pero a pesar de tantos señalamientos pocos son castigados.
El problema es que, en esta bella patria, aunque ahora se tenga un gobierno que juro acabar con la corrupción y existan evidencias de malas prácticas de algunos políticos, el tráfico de influencias e impunidad campean libremente en territorio mexicano y hasta expande sus tentáculos más allá de las fronteras.
No hay diferencia entre esta administración y las anteriores en el tema de corrupción, hasta parece que es una regla que tienen que seguir los encumbrados, sean del color que sean.
Está visto que cuando un político es enjuiciado no es precisamente por el mal que le hizo a su gente, por haber defraudado la confianza del pueblo u ofertado la tranquilidad del país sino por ajuste de cuentas políticas, esa es la cruda realidad.
En China hace unos años aprobaron la pena de muerte para políticos corruptos, los que trafican con influencias y visten de impunidad a personajes que lucran con la necesidad del pueblo y la seguridad de los ciudadanos, entre otras acciones reprobables, pero además por las violaciones a los derechos humanos.
¿Cómo con cuantos políticos nos quedaríamos en México si se aprobara en nuestro país una ley similar a la China?, quien sabe, seguro es que serían contaditos.
Pues lo que sobran en México son políticos de todos los colores y sabores con serios cuestionamientos de corrupción, entonces, sería un hecho que disminuiría considerablemente la población en nuestro país, bajarían las cifras del INEGI si la pena de muerte se aplicara a los políticos corruptos en esta nación.
Claro, para que aplique en China la pena de muerte a los políticos corruptos tiene que quedar bien asentado, comprobar todas sus fechorías, pero también que todo sujeto a investigación puede iniciar desde un simple señalamiento y si las evidencias saltan a la vista será un hecho que procederá el enjuiciamiento de inmediato.
¿Usted cree que sea posible ese proceso en México? Apegado a la verdad se duda, es un hecho que la mayoría de las veces pagarían justos por pecadores, los montajes y cambio de evidencia estarían a la orden del día.
Imagine usted la limpia que habría en México con una ley como la aprobada en China, quizá hasta se tendrían que mandar a hacer fosas comunes porque no alcanzarían los cementerios para tanto enjuiciado, lo malo es que también se tendría que gastar mucho dinero en la construcción de más centros penitenciarios, porque los que confiesen sus delitos públicamente y entreguen lo robado salvaran su vida, pero serían condenados a cadena perpetua.
En fin, al ver que medios de comunicación la mayoría de los días dan cuenta de actos de corrupción y tráfico de influencias de políticos de esta bella nación, bueno, hasta en la familia presidencial, recordamos que allá en China el Tribunal Popular Supremo y la Fiscalía del Estado instauraron la pena de muerte a políticos y líderes corruptos que malversen о reciban sobornos superiores a los 463 mil dólares para brindar impunidad o comprar conciencias.
Si el acusado confiesa el delito o devuelve el dinero malversado, la pena capital se suspendería por dos años y en los hechos, significaría la conmutación por cadena perpetua, que es la condena habitual para los casos de corrupción en el país.
Pero como acá en México muchos magistrados y Legisladores cojean de la misma pata que la mayoría de los políticos y líderes, es decir, son igual de corruptos, pues difícil será que se autorice una ley como la China, sería tanto como echarse la soga al cuello ellos mismos.
La pregunta que se hace, en el remoto caso que un valiente propusiera y se aprobara una ley como en China,
¿Cómo con cuántos políticos nos quedaríamos?
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