El cine francés perdió a una de sus más grandes leyendas con el fallecimiento de Alain Delon a los 88 años. El actor, cuya carrera abarcó más de seis décadas, murió serenamente en su casa de Douchy, en el centro de Francia, según informaron sus hijos Alain Fabien, Anouchka y Anthony en un comunicado enviado a la agencia AFP. La familia ha solicitado que se respete su privacidad en este momento de profundo dolor.
Delon, quien había sufrido un ataque vascular cerebral en 2019, había reducido significativamente sus apariciones públicas en los últimos años, viviendo retirado en su propiedad en Douchy. A pesar de su estado de salud, en 2019 recibió una Palma de Honor en el Festival de Cannes, en reconocimiento a su extraordinaria carrera cinematográfica.
Nacido en 1935 en la ciudad de Sceaux, la vida de Alain Delon estuvo marcada desde su infancia por el divorcio de sus padres y su crianza en una familia de adopción. Aunque inicialmente se formó como charcutero, su vida dio un giro a los 17 años cuando decidió adelantar su servicio militar y fue enviado a la guerra de Indochina. Al regresar a Francia, comenzó a trabajar en diversos oficios hasta que fue descubierto por el actor Jean-Claude Brialy, quien lo llevó al Festival de Cannes, donde recibió sus primeras ofertas en el mundo del cine.
Delon debutó en la pantalla grande en 1957 bajo la dirección de Yves Allégret en Quand la femme s’en mêle. En las décadas siguientes, su talento y su imponente presencia lo convirtieron en uno de los actores más solicitados por los directores más prestigiosos de la época. Sus papeles en películas como Plein Soleil de René Clément, Rocco y sus hermanos de Luchino Visconti, El gatopardo de Visconti, y La eclisse de Michelangelo Antonioni, junto a la actriz Monica Vitti, lo catapultaron a la fama internacional.
A lo largo de su carrera, Alain Delon se consolidó como un ícono del cine, no solo en Francia, sino en todo el mundo. Su legado en la pantalla grande perdurará como testimonio de una época dorada del cine europeo, y su partida deja un vacío profundo en la industria cinematográfica.
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