Difícil comprender que luego de intensas lluvias que dejaron las tormentas “Alberto” y Chris” en la zona centro de Tamaulipas, se recargaron manantiales de “La Peñita”, las cuencas de los ríos San Marcos y Corona, además de que la presa Vicente Guerrero pasó del 7.7 al 45%, aun así, haya hogares de Ciudad Victoria sin agua.
Increíble que, de una difícil administración del desabasto por parte de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, pasemos a una mala administración de la abundancia.
El factor en común que tienen ambas situaciones es una pésima red de distribución del vital líquido.
En el primero de los casos, la escasez, en el sistema de distribución o tenía la suficiente presión para llegar a todos los sectores de la ciudad, en particular a las partes altas o distantes. Ello obligaba al cierre y apertura de válvulas parra mover el líquido y entregarlo por etapas o tandeos.
Aun así, se registraban fugas en las tuberías de distribución, que complicaban cumplir con las entregas programadas en días y horarios.
Y ahora, cuando hay suficiente líquido para llevar a todos los sectores de la ciudad, la presión a que se somete la tubería es intensa, lo que se traduce en mayorees rupturas y fugas, que complican la entrega el preciado líquido.
A la problemática de deficiencias en la infraestructura, tanto en la red de distribución como en la añeja primera línea del acueducto “Guadalupe Victoria” de la presa “Vicente Guerrero” a Victoria, se suman otras de carácter humano.
La falta de personal técnico y operativo calificado y con experiencia para la adecuada intervención sin tantas deficiencias.
Algún personal especializado, optó por la jubilación, otros se retiraron al cumplir su ciclo, unos más fueron despedidos. Lamentablemente no se formaron en forma adecuada a los relevos.
Igualmente, en las áreas ejecutivas, donde llegan oleadas de funcionarios producto de intereses políticos, quienes han tomado decisiones erráticas.
Por ejemplo, la reposición de tuberías de “La Peñita”, en lugar d tuberías de 36 pulgadas que permitirían captar mayor volumen de agua por gravedad para incorporar al sistema, se colocó una de menor diámetro, sin una explicación técnica que lo justifique.
Tampoco el sistema de válvulas para la sectorización o control de presión del líquido ha sido el más apropiado, según algunos expertos, las de mariposa son las más indicadas.
Y obvio, que los asuntos financieros también cuentan.
La disponibilidad de los recursos para contar con un mejor sistema de distribución, colocación de algunos tanques en sectores y la reposición paulatina de las tuberías en los sectores de mayor antigüedad, han ido postergándose.
Acciones que, deben realizarse antes de que se concrete la segunda línea dl acueducto.
Y es que, con esas deficiencias en la distribución del agua por parte de la COMAPA, también se están reflejando en las viviendas.
En donde si llega el agua, al entrar con mucha mayor presión, la ruptura de tuberías en las viviendas está al orden del día.
Las fugas en los sanitarios, llaves, regaderas, lavabos es extraordinaria, lo que obliga a su reparación, lo que se convierte en gastos extraordinarios.
Un mejor control de la presión con que llega el agua desde la tubería desde la calle reduciría la tornadera de tuberías en las redes generales, así como en las viviendas.
Y sobre todo un mejor cuidado del agua por ahora disponible.
Tarea que debe asumir a plenitud la COMAPA de Cd. Victoria.
Con el respaldo total del Ayuntamiento de Victoria, así como de la Secretaría de Recursos Hidráulicos del Gobierno de Tamaulipas.
Y claro está, la participación corresponsable de los más de 110 mil usuarios formarles de la capital tamaulipeca, por si fuese necesario el ajuste tarifario.
Además, de integrar a los miles de usuarios clandestinos que no pagan nada.
A grandes problemas, grandes remedios.
Tiempo de actuar en la COMAPA Victoria.
Ya no hay una elección cercana de por medio.
Ni la alternativa de reelección.
Simplemente, cumplir la palabra empeñada.
Ya no hay pretextos de la escasez del vital líquido.
Ahora, hay que saber administrar la abundancia.
Victoria lo merece, lo necesita y lo reclama.
¿Si no es ahora, cuándo?
Tiempo de actuar, para Eliseo García Leal y su tropa.
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