Un vuelo de Singapore Airlines que cubría la ruta entre Londres y Singapur experimentó severas turbulencias que resultaron en la trágica muerte de un pasajero de 73 años y heridas a otras 30 personas. El avión, con 211 pasajeros y 18 tripulantes a bordo, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Bangkok a las 15:45 hora local (08:45 GMT).
Los testimonios de los pasajeros describen cómo el Boeing 777-300ER perdió altura abruptamente, provocando que personas y objetos volaran por la cabina. “Durante los pocos segundos que duró la caída del avión, se oyeron unos gritos horribles y lo que parecía un ruido sordo”, relató Andrew, un pasajero británico que resultó empapado en café debido al caos a bordo.
El jefe de Singapore Airlines se disculpó públicamente por el incidente, mientras la compañía emitió un comunicado explicando que el avión encontró “turbulencias extremas repentinas” sobre la cuenca del Irrawaddy, en Myanmar, a 37,000 pies de altura. Geoff Kitchen, el pasajero fallecido, murió probablemente de un ataque al corazón, según informaron las autoridades de Bangkok.
El ministro de Transportes de Singapur, Chee Hong Tat, expresó su profunda tristeza por el incidente y aseguró que el gobierno brindará apoyo a los afectados. La aerolínea también ha prometido asistencia completa a los pasajeros y tripulantes perjudicados.
Las investigaciones preliminares indican que las turbulencias repentinas se deben a fenómenos de “aire despejado”, que no son detectables por los radares meteorológicos. Los expertos en aviación destacan la importancia de mantener los cinturones de seguridad abrochados durante todo el vuelo para evitar lesiones en situaciones similares.
Este incidente resalta la creciente preocupación por el impacto del cambio climático en la frecuencia y severidad de las turbulencias aéreas, según estudios recientes.
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