El título de este espacio se entiende como el rechazo, odio o prejuicio hacia las mujeres. Dicen los especialistas del área que se manifiesta en conductas que van desde la denigración, el rechazo y hasta la violencia sexual y violencia de género. El término viene del griego ‘misogynia’, que significa “aversión a las mujeres.”
Frecuentemente se confunde los términos misoginia y machismo, aunque hay diferencias. Por ejemplo, la misoginia es el odio específico a las mujeres como individuo. Las manifestaciones se dan a través del abuso físico y/o verbal dirigido hacia las mujeres. Además, es una actitud.
El machismo es una ideología, un comportamiento que promueve la superioridad del hombre sobre la mujer. Dicen los psicólogos que el machismo se basa en creencias, prácticas sociales y conductas que consideran a la mujer como un ser inferior.
Históricamente los roles de género han establecido que la mujer debe dedicarse al cuidado del hogar y la crianza de los hijos. El machismo perpetúa la discriminación y la desigualdad de género.
Desde luego que el machismo privilegia al hombre sobre la mujer en diferentes aspectos de la vida, mientras que la misoginia es un rechazo y desvalorización directa hacia la mujer por su género.
El tema es de importancia por el agresión verbal y jurídica que ahora vive la comunicóloga y la presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), María Amparo Casar, cuando fue exhibida como corrupta por el presidente López en su mañanera.
El Ejecutivo Federal basa su acusación contra María Amparo Casar por una pensión por viudez otorgada por Petróleos Mexicanos, cuando su esposo murió como consecuencia de un accidente de trabajo, pero el presidente sugiere que no fue accidente, sino suicidio.
Desde luego que la comunidad académica, intelectual, periodística y de varias agrupaciones que conforman la organización MCCI, reprueban públicamente esta agresión ubicada entre la misoginia y el machismo.
No han faltado las plumas que señalan otros casos del mismo victimario misógino de Palacio, pues se recuerdan los casos de la Ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Rosario Robles Berlanga que, con calumnias, argucias, falacias y enredos, la mantuvieron más de 4 años en las frías celdas de por lo menos dos prisiones, donde la tortura psicológica fue el pan nuestro de cada día.
La madre buscadora de sus dos hijos, Cecilia Flores que ha sido tachada de mentirosa y enemiga del régimen, porque exige el cumplimiento de funciones de las autoridades policiales y la burocracia se seguridad pública del país.
La lista es larga de mujeres violentadas desde el escenario del Palacio que construyó Don Hernando de Cortés y que ha sido declarada sede y domicilio del Ejecutivo Federal.
¿Quién sigue?
EL CALORON
La semana pasada la titular de Educación en Tamaulipas, Mtra., Lucía Aimé Castillo Pastor, hizo pública la posibilidad de que la chiquillada de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) podrían regresar a las clases en línea por la ola de calor que amenaza a esta geografía tamaulipeca.
Este inicio de semana, el gobernador del Estado, Américo Villarreal Anaya, declaró que “…la única manera de caminar con la ola de calor que se vive en la entidad, -la más fuerte de los últimos años- es analizar, junto a la titular de educación, la posibilidad de suspender las clases en primarias y jardín de niños, debido a que se espera que la temperatura supere los 45 grados.”
Lo único muy negativo en esta alternativa es que los profesores de este nivel de educación, no han tenido un estímulo económico a su salario porque los abonos chiquitititos siguen a las casas comerciales que vendieron al magisterio equipos de cómputo.
Se adiciona el pago mensual de internet que tampoco paga o subroga la SET, la SEP o alguna dependencia federal, estatal y mucho menos municipal. Por lo tanto, los profesores tendrán que hacer de cuenta que regresamos a la Pandemia, pero sin cubre boca.
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