Filipinas ha lanzado acusaciones contra China por dañar los arrecifes de coral en el Mar de China Meridional para la construcción de una isla artificial dentro de su zona marítima. Manila ha criticado a Beijing por el deterioro del medio ambiente en el atolón Sabina, utilizando el valioso material coralino para sus proyectos de ocupación en una región estratégica y rica en recursos naturales.
Las autoridades filipinas afirmaron que sus fuerzas han evitado que la Guardia Costera china construya una isla artificial en el atolón Sabina, conocido como Escoda para los filipinos y Xianbin Jiao para los chinos, ubicado cerca de la isla filipina de Palawan. Filipinas documentó montones de coral muerto y aplastado en el atolón, evidencia, según Manila, de las actividades de China.
Jonathan Malaya, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), anunció que se reforzará la vigilancia en los arrecifes, bancos e islotes dentro de la zona económica exclusiva de Filipinas en el Mar de China Meridional. Esta decisión surge en medio de una larga disputa diplomática con Beijing y la preocupación por nuevas actividades chinas.
China ha sido acusada de pretender explotar vastas áreas del Mar de China Meridional, incluidas partes reclamadas por otros países vecinos. Esto ha generado inquietud en Washington y la región, especialmente debido a la construcción de instalaciones militares en islas reclamadas por Filipinas, Brunei, Malasia, Taiwán y Vietnam.
La presencia de la Guardia Costera filipina ha impedido reclamaciones de China en el atolón de Escoda. Sin embargo, científicos tendrán que determinar si los cúmulos de coral son naturales o artificiales. Esta situación recuerda al daño sufrido recientemente en el Sandy Cay de la isla de Pag-asa, donde los arrecifes de coral fueron gravemente dañados.
Beijing ha rechazado las acusaciones de Manila, calificándolas de “infundadas y puro rumor”. La tensión en el Mar de China Meridional refleja las rivalidades regionales por la explotación de recursos y el control estratégico. Los expertos sugieren que China podría estar buscando construir una base en el atolón Sabina para controlar el tráfico marítimo y proteger sus intereses económicos en la región.
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