La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una alarmante advertencia sobre el impacto devastador de las enfermedades cardiovasculares en la región europea, donde cada día pierden la vida 10.000 personas debido a estas dolencias.
Un estudio reciente de la OMS-Europa ha identificado el alto consumo de sal como uno de los principales factores contribuyentes, con más de un tercio de los adultos entre 30 y 79 años padeciendo de hipertensión. Se destaca que en casi todos los países de la región la ingesta diaria de sal excede el máximo recomendado de 5 gramos.
El informe revela que los hombres tienen 2,5 veces más probabilidades de fallecer por enfermedades cardiovasculares que las mujeres, y que la probabilidad de morir prematuramente por estas causas es cinco veces mayor en Europa del Este y Asia Central en comparación con Europa Occidental.
La hipertensión representa casi una cuarta parte de las muertes en la región europea y un 13% de los casos de discapacidad, subrayando la urgencia de abordar este problema de salud pública.
La OMS insta a la implementación de políticas obligatorias para reducir el consumo de sal, incluyendo límites en la cantidad permitida en alimentos procesados y campañas de concienciación pública. Sin embargo, señala que los intereses de la salud pública y la industria alimentaria pueden entrar en conflicto, ya que los alimentos con alto contenido de sal generan mayores ganancias para la industria pero representan un riesgo para la salud.
El informe también destaca la importancia del diagnóstico y manejo de la hipertensión con protocolos de tratamiento estándar, así como la necesidad de mejorar el acceso a medicamentos esenciales y equipos médicos para quienes padecen esta condición.
El director de OMS-Europa, Hans Kluge, resalta que las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión son en gran medida prevenibles y controlables. Propone que una reducción del 25% en el consumo de sal podría salvar hasta 900.000 vidas para el año 2030.
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