Tesla se encuentra bajo el escrutinio legal una vez más, esta vez enfrentando una demanda por parte del Environmental Democracy Project por supuestos incumplimientos de la Ley de Aire Limpio en su planta de ensamblaje en Fremont, California. La organización sin fines de lucro ha acusado a la empresa de vehículos eléctricos de emitir contaminación nociva al aire en los vecindarios circundantes, violando la ley de manera reiterada desde enero de 2021.
Esta demanda se suma a una serie de acusaciones previas contra Tesla por su historial ambiental cuestionable. La compañía ocupó el puesto 89 en la lista de los 100 principales contaminadores del aire tóxicos en 2023, y ha sido multada por la Agencia de Protección Ambiental por no medir ni rastrear adecuadamente sus emisiones. Además, enfrentó demandas por su manejo de desechos peligrosos y por la tala de bosques en Alemania.
La demanda reciente detalla cómo residentes y empleados cercanos a la planta han estado expuestos a niveles alarmantes de contaminación del aire, incluyendo sustancias químicas nocivas como óxidos de nitrógeno, arsénico y cadmio. A pesar de las acusaciones, Tesla no ha respondido a las solicitudes de comentarios al respecto.
El Distrito de Gestión de la Calidad del Aire del Área de la Bahía ha acusado a Tesla de permitir emisiones constantes en su planta de Fremont y ha buscado una orden de reducción para implementar cambios en las operaciones de la fábrica. Los reguladores señalan que las emisiones son el resultado de equipos defectuosos y del cierre deliberado de controles de contaminación del aire.
Aunque Tesla ha afirmado su compromiso con la sostenibilidad, el CEO Elon Musk ha centrado recientemente la atención en la investigación y desarrollo de inteligencia artificial y software de conducción autónoma, en lugar de enfocarse exclusivamente en vehículos eléctricos y energía solar. Esto ha generado controversia, especialmente en medio de las acusaciones de violaciones ambientales contra la empresa.
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