En una sorprendente revelación, un raro ejemplar de oso panda pardo fue avistado por primera vez en seis años en las majestuosas montañas Qinling, en la provincia china de Shaanxi, en el centro del país.
Este avistamiento marca la undécima vez que se registra la presencia de un panda pardo en la zona desde su primer descubrimiento en 1985. El avistamiento más reciente tuvo lugar el pasado 17 de enero, cuando una cámara infrarroja en la Reserva Nacional de la Naturaleza de Changqing capturó la imagen del animal.
El oso panda pardo de las montañas Qinling es una subespecie extremadamente rara, con una población estimada de tan solo 20 individuos. Esta subespecie fue descubierta por primera vez en 1985 en la misma área, y todas las observaciones registradas de pandas pardos salvajes provienen de esta región.
Un estudio reciente dirigido por la Academia China de Ciencias y publicado en la revista PNAS reveló que una mutación genética es responsable de la particular coloración de los pandas pardos. Esta investigación confirmó que una deleción homocigótica en el gen Bace2 es la responsable de la coloración única de estos animales.
Los investigadores, tras analizar el genoma y la historia familiar de dos pandas pardos, junto con muestras biológicas de 227 pandas en total, descubrieron que los pandas pardos estudiados compartían esta deleción homocigótica en el gen Bace2. Para confirmar el efecto de esta mutación, los investigadores utilizaron la técnica CRISPR-Cas9 para introducir la misma deleción en ratones, que también presentaron una coloración pardo-blanca, confirmando así la influencia de esta mutación en la coloración inusual de los pandas pardos.
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