Gobiernos de diversas partes, incluido los de EU, Canadá y la Unión Europea, así como la ONU y OEA, condenaron el asalto a la embajada de nuestro país en Ecuador cuyo presidente, el centro-derechista Daniel Noboa, tuvo la osadía de ordenar la invasión del inmueble atentando contra la soberanía nacional, además de agredir a empleados y funcionarios, (entre ellos Roberto Canseco encargado de negocios), hecho que originó el rompimiento inmediato de relaciones como acto de dignidad, además de que se violentaron acuerdos internacionales.
El argumento del gorila ecuatoriano fue detener a Jorge Glas, ex vicepresidente y perseguido político quien se encontraba en el lugar puesto que había recibido asilo por parte de las autoridades mexicanas. Según las crónicas, policías y miembros del ejército ingresaron como delincuentes, rompiendo puertas, saltando bardas y destruyendo toda clase de material diplomático. Recordéis que unos días antes la embajadora Raquel Serur Smeke fue declarada “non-grata” y por lo tanto expulsada sin que existieran razones suficientes, salvo declaraciones de AMLO relacionadas con ciertas circunstancias que permitieron el arribo al poder de Noboa, como el asesinato de Fernando Villavicencio, candidato progresista, periodista y líder sindical que aventajaba en las encuestas presidenciales.
La salvaje acción sorprende porque ni siquiera la junta militar chilena encabezada por Augusto Pinochet llegó tan lejos. Y eso que la embajada mexicana dio cobijo a cientos de familias que huían del militarismo, además de políticos, profesionistas e intelectuales perseguidos tras el golpe contra Salvador Allende y su posterior suicidio en el Palacio de la Moneda. Entonces fue clara la intervención de empresas mineras de propiedad gringa que de esa forma destruían un gobierno de avanzada con rasgos socialistas. Recordemos que la familia del mártir encontró en nuestro país su segundo hogar por muchos años.
En este sentido Augusto Pinochet y cómplices permitieron que el embajador Gonzalo Martínez Corbalá, por instrucciones del presidente Luis Echeverría, realizara su trabajo sin obstáculo alguno. De ahí la indignación por la actitud del gobierno ecuatoriano contrario a acuerdos avalados por la ONU, así como al derecho de sobrevivencia por razones humanitarias, represión y persecución política.
Desde luego el tema es “carne fresca” para los adversarios de AMLO, con escasas excepciones, los que desde el mismo viernes por la noche han inundado los medios de comunicación afines al neofascismo, dando rienda suelta al odio y rencor contra cualquier causa que signifique independencia y soberanía nacional. Ellos, los reaccionarios, acostumbrados a entregar y traicionar a México sin escrúpulos ni moral que los limite. Y ni modo que sea invento.
El asunto en cuestión fortalece al gobierno morenista por la sencilla razón de que se trata de la defensa de la dignidad de México, nomás por eso.
SUCEDE QUE
De acuerdo con la ley, Morena tiene hasta el 14 de abril para nombrar al nuevo(a) candidato(a) a la alcaldía de Reynosa en sustitución de Carlos Peña Ortiz cuya frustrada reelección es cosa juzgada a pesar del berrinche de su señora madre. Ahora “la problema”, como dijo aquel, es quien resultará premiado (a) como resultado de la lucha cuerpo a cuerpo que sostienen los (as) aspirantes a la señalada “distinción”. Lo “más pior” es que en la confusión el panismo avanza y desde su refugio CDV sonríe…Mientras tanto ya se descubrió que Lorenzo Córdova aprovechó la presidencia del INE para “desaparecer” cuando menos 400 millones de pesos del presupuesto correspondiente. Nadie sabe, nadie supo dónde quedó tal dinero público. Seguro que el ex funcionario, ahora adherido a la ultraderecha, practicó la magia que como servidor electoral le trajo fama de tramposo al servicio de los regímenes corruptos y saqueadores del neoliberalismo. La denuncia fue hecha por el contralor del mencionado organismo, Luis Osvaldo Peralta, ante la comisión de vigilancia de la cámara de diputados. Es un escándalo dicen, porque también se acusa a Córdova de no regresar a la tesorería de la federación 6 mil 400 millones por concepto de remanentes no ejercidos durante su gestión de nueve años al frente del INE. Resultó bravo “el señorito” pa’ la lana ajena, quién lo viera.
Y hasta la próxima.
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