La presidenta de Perú, Dina Boluarte, se encuentra en el ojo del huracán tras revelaciones sobre su colección de relojes de lujo Rolex, los cuales no fueron declarados en su registro de propiedades. Este escándalo ha desatado una crisis política en el país, evidenciada por allanamientos tanto a su domicilio como al Palacio de Gobierno.
El caso inició con una investigación del portal La Encerrona, que reveló la presencia de varios relojes de lujo en posesión de Boluarte, sin registro alguno ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Expertos sugieren que algunos de estos relojes son recientes, lo que aumenta las sospechas sobre su origen y costo.
El Ministerio Público abrió una investigación preliminar por presunto enriquecimiento ilícito, mientras que la Fiscalía ha iniciado diligencias preliminares sobre el caso. Los allanamientos a su domicilio y al Palacio de Gobierno son parte de esta investigación en curso.
A pesar de los señalamientos, Boluarte ha defendido la legitimidad de su patrimonio, afirmando que los relojes son “artículos de antaño” adquiridos con su propio esfuerzo. Sin embargo, su silencio ante las acusaciones y su falta de declaración oficial han alimentado la controversia.
El Ejecutivo ha salido en defensa de la mandataria, negando cualquier desbalance patrimonial y calificando el caso como “ruido político”. Sin embargo, la oposición, incluyendo al partido Perú Libre, del cual Boluarte fue miembro, ha impulsado una moción de vacancia para destituirla del cargo.
En medio de esta agitación política, el país espera nuevas revelaciones sobre el origen de los relojes y el desarrollo de la moción de vacancia en el Congreso.
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