Al concluir el curso “El agua en México: Nuevas aristas de un debate siempre actual”, organizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), especialistas en el tema abordaron la crisis de agua que vive el país, desde la perspectiva social, económica y política, con el fin de concientizar a la sociedad sobre el problema que se avecina si no se cuida el vital líquido.
La maestra Ana Gabriela Núñez Pérez, directora general del CESOP, agradeció a los ponentes que participaron en las dos sesiones, ya que con su experiencia contribuyen a enriquecer el conocimiento de diputadas, diputados y público en general, a fin de generar conciencia acerca de la situación del agua.
El doctor en Planeación Urbana por la Universidad de Montreal, Canadá, Felipe de Alba Murrieta, aseguró que la infraestructura de agua en la Ciudad de México tiene más de 50 años, lo que ha provocado que se pierda el 40 por ciento en fugas; por ello, es urgente que se destinen recursos públicos o privados para atender este problema.
Resaltó que el líquido es vital para la economía, la vida y el medio ambiente, pero hoy se enfrentan desafíos como la escasez y la contaminación del recurso, por lo que se requieren acciones y políticas públicas para su uso equitativo y terminar con la desigualdad en el acceso del mismo.
El doctor en Urbanismo de la Universidad Politécnica de Cataluña, España, Gustavo Madrid, aseguró que los acuíferos en el Valle de México han estado disminuyendo en los últimos 25 años, tan es así que ya se extrae agua a más de mil metros de profundidad, lo que implica que sea de mala calidad, debido a los minerales que pueden causar daño a la salud de las personas.
Por su parte, el doctor Hugo Hernández Gamboa, catedrático del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma de Chapingo, subrayó que más allá de su función como recurso natural de vida, el tema del agua ha adquirido matices políticos, pues es utilizada en tiempos electorales por diversos candidatos que buscan la simpatía del electorado, bajo la promesa de mejorar el suministro y la infraestructura hídrica.
A su vez, la maestra Susana Prado, investigadora parlamentaria del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados, apuntó que se debe considerar el consumo en las áreas agrícolas, pues es donde se va el 70 por ciento del recurso existente; por eso es importante mejorar la normatividad para no afectar a los demás sectores.
El experto en temas urbanos, Valente Souza consideró viable que el campo utilice el 70 por ciento de agua, pero lo que no es correcto es que no paguen el agua concesionada y utilicen agua de los acuíferos, porque esta contiene elementos como magnesio, carbono o arsénico, que afectan la vida de las personas; lo mejor, dijo, es utilizar agua tratada, ya que contiene todo lo necesario para que el campo prolifere.
A su vez, Miguel Ponce, economista agrícola de la Universidad de Chapingo, recalcó que el problema de escasez de agua inició con el crecimiento poblacional que cada día va en aumento; por ello, se requiere mayor inversión en tecnología e infraestructura, para contar con una distribución equitativa.
Analiese Richard, doctora en antropología por la Universidad de California, Estados Unidos, aseveró que la crisis afecta a todos los sectores, tanto urbanos como rurales; sin embargo, existen varias soluciones para proporcionar el líquido a la población.
Entre ellas, dijo, reciclar el agua en las ciudades, recargar los acuíferos por medios artificiales, evitar el crecimiento poblacional en las ciudades y el “aguachicoleo”, reforestar los bosques y áreas verdes y, lo más importante, que las instituciones públicas como la Conagua, Profepa y Semarnat, cuenten con mayores recursos para atender este problema.
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