Hace tres décadas, Charles Chafer fundó Celestis, una empresa con sede en Houston, con un objetivo innovador: lanzar cenizas y ADN humanos al espacio. Destacado por The Wall Street Journal, Chafer describe su servicio como una extensión natural de los rituales conmemorativos tradicionales, atrayendo a aquellos que encuentran un vínculo especial con el cosmos.
Desde su primer vuelo en 1997, Celestis ha enviado los restos cremados de más de 2 mil clientes al espacio, incluyendo la órbita terrestre, la Luna y, más recientemente, el espacio profundo. Los precios varían según el destino, con vuelos a la Luna o al espacio profundo que cuestan alrededor de 13 mil dólares, mientras que los vuelos al borde del espacio o a la órbita terrestre pueden oscilar entre 3 mil y 5 mil dólares.
Para brindar a los clientes una experiencia personalizada, Celestis ofrece un seguimiento a través de una aplicación de teléfono inteligente, permitiendo que sepan cuándo pasa su ser querido por el espacio.
Los clientes de Celestis reciben kits que contienen palas y contenedores, los cuales envían por correo a la sede central con aproximadamente 50 gramos de cenizas. Una pequeña porción de estas cenizas se transfiere a cápsulas de titanio del tamaño de una batería de reloj, que luego se pueden apilar en tubos y colocar en varios vehículos espaciales, como módulos de aterrizaje, etapas de cohetes o satélites.
Aunque pueda parecer un concepto fuera de este mundo, transportar restos humanos al espacio es legal según las normativas actuales que rigen el cosmos. Celestis continúa ofreciendo una manera única y significativa de honrar a nuestros seres queridos, llevando su memoria hacia las estrellas y más allá.
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