Monterrey, 17 de febrero 2024.- El Estadio de los Borregos fue testigo de una noche épica donde la lluvia de éxitos y la algarabía del público marcaron el debut de los dos íconos de la música regional mexicana en su gira conjunta.
En el primero de tres esperados conciertos programados en el Estadio de los Borregos, Julión Álvarez y Alfredo Olivas, reconocidos como “El Rey de la Taquilla” y “El Patroncito” respectivamente, hicieron temblar Monterrey con su imponente talento y carisma desbordante. Más de 18 mil fanáticos se congregaron para presenciar el inicio de la gira “Prófugos del Anexo Tour”, convirtiendo el recinto en un mar de emociones y música.
El espectáculo, que comenzó a las 21:40 horas, contó con una deslumbrante producción respaldada por una numerosa alineación de músicos, y el inconfundible sonido del norteño-banda que acompaña a Julión. Los artistas, sorprendidos por la cálida bienvenida, no tardaron en expresar su gratitud al público, levantando sus sombreros en señal de agradecimiento.
La fusión de experiencia y juventud entre Julión Álvarez, de 40 años, y Alfredo Olivas, de 30, se hizo evidente en el escenario, donde demostraron por qué son una de las giras más exitosas del momento. Canciones como “La Frontera”, “Que Te Vaya Bien” y “Pongámonos de Acuerdo” enloquecieron a la multitud, que coreó cada verso con fervor.
El ambiente festivo no decayó ni siquiera con la llegada de la lluvia, que bendijo la noche y añadió un toque de magia al espectáculo. Temas como “Te Hubieras Ido Antes” y “Las Mulas de Moreno” mantuvieron la energía en su punto máximo, mientras que homenajes a leyendas de la música norteña como Ramón Ayala y Los Invasores de Nuevo León, hicieron vibrar a todos los presentes.
Julión Álvarez, con su característico carisma, instó al público a disfrutar al máximo de la velada, prometiendo una noche inolvidable de música, baile y diversión. “Hablar poco, cantar mucho. Echarle todos los kilos: pistear, bailar y complacer, porque bendito Dios llovió”, expresó el aclamado cantante.
El concierto, ágil y lleno de éxitos, culminó con una promesa de continuar la fiesta hasta altas horas de la madrugada. “Hay que pistear, porque aquí tenemos permiso hasta la una”, anunció Julión entre risas, cerrando así una noche histórica que quedará grabada en la memoria de todos los asistentes.
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