RELATO 1.-Su nombre se escucha aquí, allá, por todos lados, bajo un
tono que refleja el cariño que aún conserva por parte de aquellos
tamaulipecos que estrecharon su mano, que se admiraron de su franca
sonrisa y que no olvidan que están en deuda con un personaje que de
nuevo retorna al coliseo político, igual de vigoroso.
Escribir anécdotas de él sería interminable, pero me detengo en una de
la que fui testigo y que me acabo en carcajadas a más no poder, muy
sonoras por cierto.
Era una mañana lluviosa, fría, casi congelante que docenas de
periodistas vivieron en uno de los accesos a Palacio de Gobierno, donde
pacientes esperaban al Jefe del Ejecutivo para recolectar su opinión
acerca de un tema de corte económico a nivel federal y que, por
supuesto, le impactaba a Tamaulipas.
Vestido con una chamarra café oscuro, pantalón del mismo color, y
zapatos de toque campirano, él salió y encaró a los comunicadores a
quienes preguntó: ¿Qué onda raza. Ya desayunaron?. “No, no, no, le
contestaron los periodistas en coro”. “Síganme a pie”, invitó él.
Como si fuera una peregrinación caminamos a su lado por la calle
Juárez mientras abrazaba a algunos reporteros y a unas calles se
detuvo en un famoso restaurante que es una cueva matutina de
políticos, pintores, comunicadores y artistas que se pusieron de pie
para saludarlo.
Sin prisa, se encamino hacia el lugar privado y todos los gaceteros se
fueron acomodando a su alrededor, desde donde, con café, jugo de
naranja y ricos guisos muy propios de Tamaulipas, los empezó a
interrogar, porque como que tenía curiosidad sobre la situación que
vivían los que escriben y trabajan y que siempre tienen algo que decir.
Los escucho paciente y relajado y con sonrisa de por medio dibujo el
Tamaulipas que él soñó en su tiempo de gobernante y que a su juicio
se había logrado, porque amigos en la prensa le sobraban y los abrazos
y buenos deseos, nunca faltaron.
Transcurrió el desayuno y una hora y media después anunció su
partida del lugar, luego de compartir con aquellos que de frente o
desde la tinta en página le señalaban lo bueno y lo malo, lo que no es
muy común en un gobernante de Tamaulipas.
Se incorporó y saludo a todos. Avanzo hacia la salida y un mesero lo
intercepto y le dijo: “Ingeniero, le encargo eso porque luego a mi me lo
cobran”. Miro a sus escoltas y les preguntó que si estaba todo ya
pagado”. Con un movimiento de cabeza ellos le respondieron que si y
él se sorprendió. ¿Entonces?, inquirió al mesero mejor conocido como
La Bota. No señor lo que quiero es que me deje lo que lleva en la bolsa
derecha de su chamarra. Introdujo la mano y saco una cuchara y un
tenedor. “Cabrones, no los vuelvo a invitar”, Entrego los cubierto y
soltó una carcajada que se escucho en todos rincones del restaurante.
Había sido un reportero el autor de esta inesperada broma al entonces
gobernador.
Así es Eugenio Hernández Flores, hoy candidato a una senaduría por
parte del Partido Verde, un político tamaulipeco que es capaz de
soportar un momento de guasa, una bufonada y un pitorreo de quienes
jugamos el papel de críticos.
Otros, no soportarían un hecho similar.
El, si, por eso el carisma y, lo raza, no lo pierde.
RELATO 2.-La fotografía habla por si sola y el gesto de complacido de
Eduardo Gattas Báez , es evidente, porque sabe que le esperan buenos
momentos ahora que busca reelegirse como alcalde de Ciudad
Victoria, Tamaulipas,
Aparece él con el Gobernador, Américo Villarreal Anaya, y su sonrisa
dice mucho, porque se nota que el apoyo del mandatario a su proyecto
es total y porque sabe que tres años no fueron suficientes para rescatar
a la capital del estado de la inmundicia en que la dejaron algunos de
sus antecesores.
Recursos ya hay, ganas sobran, y los proyectos que se tienen para este
amado lugar se van a multiplicar, si el gobierno que tiene Victoria
sigue por el mismo camino.
Lalo puntea en las encuestas y su optimismo crece que crece y, eso, lo
ven con agrado todos aquellos que sienten que la capital va por el
rumbo correcto.
Ambos –el gobernador y Lalo- van abrazados para recomponer lo
contaminado producto de la herencia panista, algo que todos los
ciudadanos notaron, porque lo vivieron.
Adelante Lalo. Victoria seguirá bajo tu abrigo.
Correo electrónico: tecnico. lobo 1@gmail.com
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