Los cuatro obispos de Guerrero se reunieron por separado con líderes de grupos delictivos con el fin de lograr la paz en el estado, sin embargo, no hubo acuerdos.
José de Jesús González Hernández, obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, señaló que los encuentros fracasaron porque para las organizaciones criminales son más importantes el dinero, el territorio ganado y el poder.
En conferencia de prensa, después de la misa del Miércoles de Ceniza, el prelado detalló que las reuniones se realizaron por separado y en distintos momentos. “La idea era buscar una tregua”, dijo, pero cada cabecilla impuso sus condiciones y no lograron repartirse el territorio.
“Entonces, no lo sueltan, les ha costado vidas, les ha costado trabajos, les ha costado dizque ganárselo”, apuntó.
Aseguró que a él le tocó reunirse con los jefes criminales que dominan las regiones guerrerenses de la Sierra y de Tierra Caliente.
Los acercamientos se llevaron a cabo tras un encuentro con el papa Francisco, en el Vaticano, en junio del año pasado.
Aunque dijo que la violencia no ha alcanzado de momento a los sacerdotes, sí ha afectado a la comunidad eclesiástica. “Nos han matado a padres de los acólitos, encargados de adoración, mayordomos y catequistas”, indicó.
Lanzó un llamado a las autoridades a que “no se corrompan y que no simulen, que sean verdaderos, que hagan su trabajo, pues no es posible que haya patrullaje del Ejército y los criminales lleguen, cometan sus delitos y después se retiren sin que nadie los moleste”, lamentó el obispo.
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