Los colibríes son conocidos como las aves mensajeras de plumajes brillantes y se han asociado a la cultura prehispánica de nuestro país. En la cultura azteca, por ejemplo, la comunidad los veneraba ya que creía que los guerreros muertos reencarnaban en esas aves.
Hay, sin embargo, otras creencias que los ponen en riesgo; el esoterismo amenaza su conservación, pues cientos de aves muertas se venden como amuletos para “atraer el amor”.
La doctora Lizbeth Miranda, responsable médico del Hospital de Aves de la UNAM, explica que, culturalmente, los colibríes se han asociado con el amor, pero no tienen este tipo de “poderes”.
“No hay que hacer este tipo de rituales porque lo que causamos es sufrimiento a las aves en realidad. Si nos gusta más bien hay que propiciar a que estén presentes”, mencionó.
En la Ciudad de México, el Mercado de Sonora ha sido centro de venta de estos amuletos. De acuerdo con una investigación del National Fish and Wildlife Forensic Laboratory, en 2009, en este sitio se encontraron 650 colibríes muertos listos para su comercialización.
Un año después, en 2010, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales estableció la NOM 059 Semarnat-2010 para identificar las especies o poblaciones de flora y fauna silvestres en riesgo en nuestro país para la atención y protección correspondiente. Los colibríes se encuentran en la lista.
“Sabemos que son más de 300 tipos de colibríes, en México hay más de 50 entonces sabemos que muchas de ellas sí ya están en peligro de extinción”, señala Lizbeth Miranda.
El colibrí fue adoptado como talismán por hechiceros y brujos para ofrecer a sus clientes suerte en el amor.
En el Mercado de Sonora, los comerciantes aseguran que conservan sus creencias, pero con otro tipo de amuletos, por ejemplo, aquellos hechos con chapa de oro.
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