En el terreno de la especulación social y de notas falsas profesionales queda la reforma aprobada en diciembre por la cual se modifican la Ley de Coordinación Fiscal y la Ley General de Salud por la cual los recursos de origen federal asignados para la prestación gratuita de servicios de salud se concentran operativa y normativamente en el IMSS-Bienestar.
Las notas oficiales carecen de datos, no llega a información; no clarifica, no expone; es opaca totalmente. Solo palabrería
Las modificaciones fueron cuestionadas por la oposición en el Congreso al considerarlas inconstitucionales pues quita a los estados que no se suscriban al sistema IMSS-Bienestar, antes Insabi, los recursos para la salud de la población que no cuenta con seguridad social.
El diputado perredista, Marcelino Castañeda, acusó que la reforma tiene graves vicios de origen ya que disminuye el presupuesto en materia de salud para sostener los hospitales, servicios y el crecimiento de las plantillas y además cobran por servicios que ellos mismos generan.
Explicó que esta modificación hará que la administración de todos los centros de salud en el país pase al control del Gobierno federal y no por gobiernos estatales, aunque en tengan destinado recursos públicos.
El sistema oficialista defendió la reforma con el argumento de que consolida la federación del Sistema de Salud para el Bienestar, mediante la “armonización” (¿grupo musical?) de la Ley de Coordinación Fiscal con las disposiciones de la Ley General de Salud, en cuanto hace a la operación del Sistema de Salud para el Bienestar y la concurrencia en la prestación de servicios de salud a las personas sin seguridad social, entre el IMSSBienestar y las entidades federativas que suscriban el convenio correspondiente. Sin aliento queda uno luego de leer de corrido.
Morena argumenta que existe un esquema que genera múltiples implicaciones que obstaculizan el ejercicio eficiente de los recursos en materia de salud, por lo que es pertinente esta reforma que armoniza la prestación de servicios de salud y las personas sin seguridad social entre el IMSS-Bienestar y las entidades federativas.
Éctor Ramírez, diputado PAN cita que “es una centralización abusiva y regresiva, en la que los estados su dinero, personal y hospitales al IMSSBienestar, a cambio de una promesa vacía de tener un sistema de salud como el de Dinamarca”.
En Ciudad Victoria no hay manera de conocer el impacto de tan importante medida.
Los hospitales federales y estatales están rebasados por la demanda, son viejos, carecen de estructura y de equipo modernos, no hay insumos y de su respuesta a la crisis mejor no opinar, pues desconocemos su manejo directivo y administrativo, aunque es bien sabido que si debe preparar caldo de res se requiere de decenas de insumos y de conocimientos.
¿Los tendrán en los hospitales?
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